El “optimista” y poco real escenario económico en que proyectó el gobierno federal el Presupuesto Económico para 2023 podría poner en riesgo las finanzas públicas, por lo que es factible que la autoridad tenga que “meter tijera” en partidas como salud, educación e inversión o incrementar deuda pública, lo que podría derivar en un ajuste en la calificación crediticia de México.
En este sentido, diversos analistas económicos coincidieron en calificar como inalcanzables tanto las previsiones de crecimiento para este 2022 y para 2023 así como las estimaciones de inflación para ambos periodos, lo que supondría una proyección desarticulada respecto a los ingresos y egresos públicos, lo que presionará las finanzas públicas.
Así, Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), explicó que al interior del gasto programable dentro del Proyecto de Presupuesto Económico para 2023, los recursos propuestos para la secretaría del Bienestar aumentan 30 por ciento (por el incremento en programas sociales, destacando el de la pensión para adultos de 34.2 por ciento). Asimismo, el gasto en turismo aumenta 111.2 por ciento, como resultado de los recursos que se planean destinar al Tren Maya.
“Como resultado, hay presiones importantes en el saldo de las finanzas públicas para el 2023. La estimación oficial es un déficit presupuestal de 1.1 billones de pesos, equivalente a 3.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Alertó que “preocupa” que el balance o resultado primario (el que excluye los intereses de la deuda) se prevé negativo en -0.2 por ciento del PIB, o 54 mil millones de pesos, lo que indica que el gobierno tendrá que recurrir a deuda adicional para pagar los intereses.
Agregó que las cifras oficiales contemplan que para 2023 el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), que es el concepto más amplio de deuda, represente el 50 por ciento del PIB.
Sin embargo, cabe subrayar que este resultado está en función del cumplimiento del pronóstico de crecimiento económico de tres por ciento.
“Si se considera la estimación de crecimiento de 1.3 por ciento de los especialistas del sector privado, la deuda podría aumentar a 51 por ciento del PIB”, alertó el organismo perteneciente al Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
De tal manera, dijo que aun y cuando el programa fiscal para 2023 es factible, existen diversos riesgos que, de materializarse, podrían llevar a la necesidad de recortar algunos gastos, que seguramente no serán los prioritarios para el gobierno.
“Una vez más está en riesgo el gasto para fines como Salud, Educación, Seguridad Pública e inversión física distinta a los proyectos insignias del gobierno”, advirtió.
Por su parte, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, alertó que con el endeudamiento prop8uesto para 2023, su el PIB crece dos por ciento o menos este y el siguiente año, la razón deuda/PIB subirá, lo que incrementará la posibilidad de recorte en la calificación crediticia de la deuda soberana de México.
“Es poco probable un crecimiento de tres por ciento para México en 2023, dadas las condiciones de alta inflación, alzas en tasas de interés y desaceleración económica en Estados Unidos”, apuntó la especialista.
