Redacción
Las mujeres son mayoría en el país, pero también la mayoría vive sin condiciones de bienestar: enfrentan carencias sociales, las que trabajan no tienen ingreso digno para sobrevivir y, además, son el sector mayormente excluido del sistema laboral por realizar
labores de cuidado y domésticas no remuneradas.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora este 8 de marzo, es preciso visualizar los grandes retos que tiene el país con ellas frente a la desigualdad y la exclusión por género, y también momento propicio para exigir a quienes aspiran a la
Presidencia de la República, a que se concrete el Sistema Nacional de Cuidados.
En México 52 por ciento de la población son mujeres, pero solamente 46 por ciento de las que están en edad
de trabajar cuenta con un empleo; esta situación coloca al país como uno de los más bajos del mundo en participación femenina; ocupa el lugar 132 de una lista de 184 naciones.
Paulina Gutiérrez, coordinadora de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, refiere que una de las razones principales de la exclusión es que 93 por ciento de ellas realiza labores de cuidado y domésticas no remuneradas.
“Es decir, ocupan su tiempo en atender las necesidades del hogar y se hacen cargo de sus hijos o de sus padres, de algún familiar enfermo o de algún otro pariente, tareas por las que no reciben ingresos económicos”, explicó.
La baja participación laboral de las mujeres obedece a causas estructurales, sobre todo con la imposición de un rol de género que las obliga a dedicarse de manera desproporcionada a tareas domésticas y de cuidado.
Se estima que en México las labores de cuidado y domésticas no remuneradas tienen un valor económico equivalente a 26 puntos del Producto Interno Bruto; las mujeres aportan el 73 por ciento del total de ese valor, caso, tres cuartas partes.
Pero incluso las que trabajan afrontan diversas desventajas: casi 70 por ciento tienen un ingreso
laboral por debajo del umbral de pobreza; es decir, que lo que ganan al mes no les alcanza para cubrir el costo de dos canastas básicas (nueve mil 059 pesos).
Mientras que 50 por cierto de los hombres se encuentran en esta situación. La brecha por ingreso laboral entre hombres y mujeres es significativa. En promedio, los varones ganan cuatro mil 223 pesos más; esta desproporción es mucho mayor en mujeres con hijos: una mujer con tres hijos gana hasta 6 seis mil 623 pesos menos que los hombres.
Aunque trabajen, muchas no cuentan con protección social; 6 de cada 10 que cuentan con un empleo carece de servicios de salud y seguridad social. De 24.4 millones de mujeres que trabajan, sólo tres por ciento son empleadoras.
Otro factor que incide en sus condiciones de bienestar es que la gran mayoría no tiene un trabajo formal; son 13.7 millones con trabajos informales; esto es, sin contratos estables y sin prestaciones. Del total de ellas 85 por ciento carece de ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza y 87 por ciento no tiene seguro social que le permita cubrir sus necesidades de salud.