Redacción

Durante los primeros días de mayo, una tormenta geomagnética de enorme magnitud provocó que en México pudiera ser visible el fenómeno conocido como “auroras boreales”. El acontecimiento inusual ha sembrado expectativa sobre la fecha en que volverá a ocurrir y si podrá ser visible en México, para lo que especialistas cuentan con una respuesta.

Entre el 10 y el 11 de mayo de 2024, cuando la magnitud de la tormenta solar fue mayor, en los estados ubicados al norte de México fue posible observar luces de color rojo en el cielo. Aunque fue un espectáculo para quienes pudieron observarlas, no es un suceso tan frecuente y, de hecho, no existe certeza en torno a cuándo volverán a ocurrir.

Si bien existe incertidumbre en torno a cuándo la magnitud de la próxima tormenta solar pueda ocasionar que las auroras boreales vuelvan a ser visibles en México, es un hecho que continuará habiendo efectos de diversa intensidad. Así lo han comunicado especialistas e investigadores adscritos a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

¿Cuándo ocurrirá la próxima tormenta solar y cómo afectará a México?
De acuerdo con el Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX), adscrito al Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las tormentas solares son frecuentes. Lo único que varía es la intensidad con que las ondas que emanan del sol se aproximan a la tierra.

De hecho, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), mide la intensidad de las tormentas en una escala que va de G1 a G5, categoría que se atribuyó al fenómeno acontecido entre el 10 y el 11 de mayo.

En ese sentido, aunque las tormentas solares son una actividad frecuente y constante, no es posible predecir la fecha en que ocurrirán de nueva cuenta. Pese a ello, el Servicio Magnético y el Servicio de Clima Espacial del Instituto de Geofísica se encuentran monitoreando de manera constante las oscilaciones del campo magnético de la Tierra, así como la actividad solar y las tormentas solares en el territorio mexicano para alertar oportunamente de dicho fenómeno en caso de ocurrir.

Cabe mencionar que entre los años 2024 y 2025 el ciclo solar está en máxima actividad, por lo que el monitoreo se realiza con mayor frecuencia y atención. Al respecto, Juan Américo González Esparza, jefe del Servicio de Clima Espacial del Instituto de Geofísica, expuso en conferencia de prensa que:

“¿Qué tenemos que hacer? Estar monitoreando la actividad del Sol y del medio interplanetario, así como la respuesta del campo magnético de la Tierra. Y aunque estos son fenómenos globales, cada región del mundo tiene características diferentes, por eso el país requería de un monitoreo de las tormentas solares y sus efectos en la Tierra. En 2014 el IGf creó el Sistema de Clima Espacial, que está informando al Sistema Nacional de Protección Civil de la ocurrencia de tormentas solares que pudieran afectar significativamente la región de México”.

¿Qué es una tormenta solar?
Una tormenta solar se origina en el Sol, específicamente en su atmósfera. Este fenómeno se produce cuando se liberan de manera súbita grandes cantidades de energía acumulada en el campo magnético del Sol. Esta energía puede expulsar partículas solares y radiación al espacio, creando lo que se conoce como eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés). Dichas eyecciones pueden viajar a través del sistema solar, incluyendo la Tierra.

Las tormentas solares comienzan en las manchas solares, áreas más frías y oscuras en la superficie del Sol, donde los campos magnéticos son particularmente fuertes y retorcidos. Cuando estos campos magnéticos se reorganizan o se cruzan, pueden liberar energía en forma de erupciones solares y CMEs. Las erupciones solares son explosiones intensas de luz que liberan energía solar en todas las direcciones, mientras que las CMEs lanzan nubes de partículas solares al espacio.

Cuando estas partículas cargadas y la radiación asociada con una tormenta solar alcanzan la Tierra, pueden provocar disturbios magnéticos conocidos como tormentas geomagnéticas. Estas tormentas pueden afectar satélites, sistemas de comunicación, redes eléctricas y generar auroras en latitudes más altas debido a la interacción de las partículas con el campo magnético terrestre.