La visita de congresistas estadounidenses esta semana a Palacio Nacional y su posterior reunión con la presidencia electa no fue meramente de cortesía: la delegación legislativa encabezada por Tom Carper y acuerpada por el embajador Ken Salazar expuso con toda claridad los 5 capítulos del Tratado de Comercio México-Estados Unidos-Canadá que entran en colisión directa con cinco de las 18 iniciativas legislativas del Plan C que Andrés Manuel López Obrador heredará a Claudia Sheinbaum… y además la “reforma madre”, la que encapsula a todas esas reformas, la deconstrucción del Poder Legislativo constituido por orden meritocrático para generar otro por popularidad electoral.

Ante la inminencia -quiérase o no- de un nuevo período presidencial de Donald Trump en el vecino país, la agenda binacional económica, migratoria, de inversión y geopolítica adquiere una tensión pocas veces antes vista. Vaya que por primera vez se comenta en los corrillos binacionales que se le tiene más “temor al gobierno que sale que al que llega”.

Así, de la reciente visitas legislativas se comenta que, más allá de la foto del recuerdo, estos son los temas que los legisladores de nuestro principal socio comercial dejan sobre en escritorio de un presidente que no parece querer irse y que ocupará una presidenta que aún no llega.

Punto uno: la Reforma en Materia de Simplificación Orgánica de López Obrador es contraria a la estructura regulatoria en telecomunicaciones, pues por más que se quiera llevar la regulación mexicana de datos, big data e IA a una entidad centralizada por un agente político como José Merino, mientras que Estados Unidos la Federal Communication Comission lleva más de un siglo generando estándares aprovechamiento alámbrico e inalámbrico y que se apresta a enfrentar nuevas andanadas de competencia global descentralizada mucho más contundentes que las criptomonedas.

Dos: la alerta estadounidense apunta qué al otorgar monopolios de producción y suministro a Pemex y CFE en México, se rompen los términos del capítulo de Inversión en el TMEC, así como el relacionado con paraestatales y monopolios designados, espacios donde López Obrador perdió soberanía en cuanto volumen y precio de energía suministrada por el vecino del norte.

Tres: que la prohibición a la comercialización de maíz transgénico decretada por López a instancias de María Luisa Albores y María Elena Álvarez Buylla pero con la “resistencia silenciosa” pero tecnológica del secretario de agricultura Víctor Villalobos, colisiona con el capítulo de trato nacional y acceso a mercados así como con la homologación de medidas fitosanitarias y sanitarias.

Cuatro: el izquierdizante Conachyt no ha podido presentar ante el Panel de Controversia del TMEC una sola evidencia científica, una sola, que los cultivos transgénicos son dañinos a la vida.

Quinto es bueno: la reforma obradorista que da preferencia a la disponibilidad del agua para consumo personal y doméstico -tal y como sostiene Germán Martínez al frente de Conagua- choca directamente con el capítulo de inversión, no porque aquí abunde el líquido, sino por lo inverso dada la falta de inversión pública en la preservación de cuencas regionales.

En la revisión de los negocios binacionales pasó la prohibición de las concesiones para actividades de minería a cielo abierto -asunto al que se ha suscrito la presidenta electa- ha derivado en una caída de la actividad minera que, a la vuelta de unas décadas, obligue a México a ser importador neto de minerales pues se contraviene el capítulo de inversión… donde ya existe conflicto de inversión por las decisiones aplicadas por Rocío Nahle y Manuel Bartlett (energía, CFE).

En suma: el casi vicepresidente de Estados Unidos, por mas desorbitada que sea su exigencia, nos tiene a casi de tiro de piedra de establecer sus condiciones luego de que empresas estadounidenses han incorporado casi 600 mil millones de dólares en el desarrollo industrial -su pequeña China-  en un socio al que le urge emplear personas pobres.

Veremos.

Maypo y Beltrones

Es un secreto a voces que la distribuida de medicamentos Maypo, que dirige Jack Rodríguez, que a pesar de un oficio directo en contra emitido por de la presidencia de López Obrador, siguió obteniendo contratos de distribución de medicamentos al sector público de salud.

El inquilino de palacio ya se cansó de la simulación, nos dicen, pues que no le ayuda a lograr el sistema médico público de salud prometido… pero que, al contrario, sirve para financiar bonitas vacaciones les informaré el lunes próximo.

Y es que si, pese a que todo muy bien, muy rico y todo, que con el próximo gobierno se le acaba la coba una empresa relacionada con el aún priista Manlio Fabio Beltrones.

¿Será?

@mfloresarellano

floresarellanomauricio@gmail.com