El guión es que el pueblo está feliz, pero el telón de fondo indica que algunos de los habitantes de Chalco no lo están. Es increíble ver la situación en que viven los habitantes de esas 11 colonias, sobreviviendo en condiciones precarias.
La situación es estructural, como lo diagnosticó el presidente Andrés Manuel López Obrador. Ahora, las preguntas son: ¿Desde cuándo se sabía esto? ¿Qué medidas se tomaron para evitarlo? ¿Cuáles son los planes subsecuentes?
Hay cosas que deben ser atendidas ya, como la justicia social que merecen los habitantes de Chalco, quienes han poblado esa zona conurbada con carencias de todo tipo, desde falta de transporte público, luminarias, pavimentación, seguridad y múltiples inundaciones.
En casi cada temporada de lluvias, vemos a la gente que vive en esas zonas del oriente de la zona conurbada padecer. Los hemos visto caminar entre aguas negras para llegar a sus casas. Esperamos que con la puesta en marcha del trolebús que correrá por un segundo piso, puedan acceder a sus hogares con mayor prontitud.
Y ojalá que estas escenas de personas atrapadas en sus casas sin poder salir ante la anegación no vuelvan a acontecer. Esta situación requiere de muchos recursos, que pudieran quitarse de otros rubros no urgentes, como los gastos que implicarán algunas reformas.
La semana pasada, Polanco, una de las zonas con mayor plusvalía y nivel comercial y habitacional en la ciudad, tuvo afectaciones por las fuertes precipitaciones pluviales, pero pronto les fue atendida su demanda. Esto hace pensar en que tan cierta es esa frase de “primero los pobres” que se ha pregonado a lo largo de este sexenio.
Y Sepa La Bola pero el tema de la reforma judicial será una herencia maldita para Claudia Sheinbaum, porque cada vez son más las voces que se suman para rechazar el cambio en la impartición de justicia, que es solo la punta del iceberg en la corrupción.
El caso del secuestro de “El Mayo” Zambada a manos de su ahijado, Joaquín Guzmán Loera, y el homicidio de Héctor Melesio Cuén, es una clara prueba en donde el Poder Judicial nada tiene que ver. Más que las riñas internas entre capos, está el hecho del trato amañado que dio la Fiscalía de Sinaloa, saliendo embarrado el mismo gobernador Rubén Rocha Moya.
El caso exhibe la corrupción de una fiscalía para proteger a un grupo de narcos, es más que obvio, preparando incluso un video falso para hacer creer que el delito fue por un asalto en una gasolinera. Algo tan burdo que pronto fue descubierto el montaje. La fiscal se fue y no ha sido detenida como ameritaría el caso.
Y las operaciones en un gigantesco y lujoso lugar, al parecer un salón de fiestas, en donde fue llevado, secuestrado y sacado el otrora fuerte Zambada. Salió en una aeronave que México no detectó.
Mucho quehacer tendrá la próxima presidenta, porque los empresarios del país vecino y el propio embajador ya reprobaron la reforma que ha tenido tan entretenidos a los políticos, más allá de atender lo que al parecer les era una simple inundación en una zona popular, y que los medios han hecho crecer al exhibirla una y otra vez.