Al iniciar las vacaciones de Semana Santa, organizaciones de la sociedad civil, alertan sobre la urgente necesidad de implementar medidas estrictas que eviten la conducción de vehículos automotores bajo los efectos del alcohol e impulsen acciones costo-efectivas para reducir los daños a la salud producidos por el consumo de alcohol. De acuerdo con los datos del INEGI, diariamente ocurren en promedio 47 siniestros de tránsito en carreteras de México por causas asociadas al consumo de bebidas alcohólicas. Estos eventos ponen en grave riesgo de lesiones y muerte a otros conductores, así como a los usuarios vulnerables de la vía como peatones,
ciclistas y motociclistas.

Por ello, es fundamental que el gobierno impulse una política nacional que regule la disponibilidad de bebidas alcohólicas, por ejemplo, prohibiendo su venta a pie de carretera. Durante el periodo vacacional, el alto flujo vehicular en carreteras provoca un aumento del 15
al 20% de los siniestros viales en este periodo. Al respecto, Luis Alonso Robledo, vocero de la Red de Acción Sobre Alcohol (RASA), declaró: “La evidencia es contundente, existen más de 60 enfermedades directamente ocasionadas por el consumo de alcohol y más de 200 condiciones de salud relacionadas con el mismo. Los siniestros de tránsito caen en esta última categoría, ya que se sabe que el alcohol puede afectar la capacidad para conducir al alcanzar concentraciones en sangre tan bajas como 0.02%.

Muchas veces las personas que conducen no se perciben intoxicados a esa dosis. Aun así, no hay un consumo seguro de alcohol que permita conducir sin riesgo, ya que puede desencadenar siniestros que ponen en peligro la vida de la persona al volante, la de las personas que viajan con ella y la de otros pasajeros en otros vehículos”. En México, durante 2023 se registraron 381,048 siniestros de
tránsito a nivel nacional. Los principales tipos fueron: la colisión con vehículo automotor, de acuerdo con datos del INEGI.

En el 70% de los casos se realizó una prueba de alcoholemia, de las cuales, 17,219 resultaron positivas. Esta cifra equivale a
alrededor de 47 incidentes diarios asociados al consumo de alcohol. Se estima que estos siniestros de tránsito producen anualmente alrededor de 1,400 muertes relacionadas con el consumo de alcohol.

“Para reducir los siniestros viales relacionados con el consumo de alcohol, es indispensable garantizar el cumplimiento de los límites de alcoholemia establecidos en la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial. Al mismo tiempo, debemos reconocer la necesidad de incorporar opciones seguras de transporte, incluyendo el servicio público nocturno, que permitan a las personas moverse sin recurrir al vehículo particular,” mencionó Armando Pliego, integrante de Céntrico y de la Coalición Movilidad Segura.

La evidencia indica que el riesgo de sufrir un siniestro relacionado con la ingesta de bebidas alcohólicas aumenta en proporción a la cantidad ingerida y disminuye al transcurrir el tiempo después del último trago. Por ejemplo, un estudio aplicado a 431 víctima viales por alcohol en México reveló que el riesgo de sufrir un siniestro es 7 veces mayor durante la primera hora después de beber.

Stephan Brodziak, coordinador de la campaña de seguridad vehicular de El Poder del Consumidor, señaló “en nuestro país, existen medidas que han demostrado ser exitosas, como el establecimiento de puntos de control de alcoholemia en tránsito. Se debe incrementar una exigencia de 0.00% de alcohol para los conductores que conducen por primera vez.

Mientras que Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa Mx, dijo que “establecer y restringir límites de concentración de alcohol en sangre mediante controles de sobriedad y pruebas aleatorias de alcoholemia son políticas fundamentales recomendadas por la OMS/OPS.

Por lo anterior, RASA y las organizaciones de la sociedad civil firmantes, hacemos un llamado urgente a todas las instancias de gobierno, tomadores de decisión y cualquier responsable del diseño de política pública relacionada con esta problemática para que implementen
medidas estrictas que eviten la conducción de vehículos automotores bajo los efectos del alcohol e impulsen acciones costo-efectivas para reducir los daños a la salud producidos por el consumo de alcohol.