Los días de agosto y septiembre en el campamento Zócalo- Reforma fueron días de despertar conciencias. Los magistrados del TEPJF actuaron de manera facciosa, no obstante, a la luz incluso de los resultados del recuento parcial ordenado esos primeros días de agosto el propio AMLO expresó:
“Sin los magistrados hubiesen respetado los términos de la sentencia para el recuento parcial de casillas que ellos mismos aprobaron, y acatado la legislación electoral, tendrían que haber reconocido que en las casillas recontadas hay 71 mil 142 votos espurios introducidos ilegalmente en las urnas, y 122 mil 266 sufragios válidos que fueron sustraídos inexplicablemente. Si hubieran aplicado la ley y respetado sus propios criterios, deberían haber anulado las casillas donde se mantienen estas irregularidades aun después del recuento. Y si hubieran procedido de esa manera, habrían reconocido que la Coalición por el Bien de Todos triunfó en la elección presidencial por 526 mil votos”. (López Obrador, 2007).
Ante los visos de consumación del fraude que se daría en septiembre, la apuesta organizativa para una lucha pacífica se mantuvo, y sobre el plantón AMLO refirió:
“Durante la estancia en el Zócalo, resistimos todo: las intensas lluvias, granizadas, el frío, las incomodidades de vivir a la intemperie, pero, sobre todo, padecimos de un clima de linchamiento impresionante de los medios de comunicación. Sin ninguna consideración, se nos atacó por estar bloqueando el centro de la Ciudad. Por más que repetimos que era más peligroso y más costoso para nuestra Patria el cierre de la vía democrática que el de las calles del centro de la Ciudad se ensañaron atacándonos. Nunca explicaron nada del fraude electoral, que fue lo que nos llevó a tomar esas medidas. Callaron como momias y gritaron como pregoneros para denostarnos”. (López Obrador, 2007).
En ese contexto, donde el movimiento se topaba con el muro infranqueable del autoritarismo se fueron multiplicando acciones de resistencia. Como aquella del 5 de septiembre de 2006, donde con mucha pericia un grupo de jóvenes del movimiento vislumbró una forma de romper el cerco mediático y el linchamiento de la televisión a la lucha que se libraba en las calles, y que rondaba en dos posiciones por parte de los medios, o era satanizada o no existía.
La toma pacífica del programa “Otro Rollo” conducido por Adal Ramones, en horario Triple A como se le llamaba al horario de mayor audiencia en televisión privada, significó un mensaje pacífico, pero no pasivo a los dueños de los medios más poderosos. Pues el pueblo aprendía a manifestarse irrumpiendo en los lugares de la falsa normalidad.
Reseñó el inédito acontecimiento el diario La Jornada:
“Al grito de “sufragio efectivo, no imposición” y “fraude, fraude, fraude”, cientos de jóvenes obligaron a la producción del programa Otro Rollo, que se transmite en vivo desde Televisa San Ángel, a suspender varios minutos el programa, enviar intempestivamente a comerciales y luego trasladar su emisión a la llamada Plaza de las Estrellas, en las mismas instalaciones del consorcio televisivo.
“Pocos minutos después de iniciada la transmisión, a las 21 horas, cuando el conductor Adal Ramones iniciaba su “monólogo”, el grupo de manifestantes coreó “Calderón entiende, la gente no te quiere” y “Adal, tienes el valor o te vale”. En un primer intento por acallar al público el conductor del programa quiso iniciar una dramatización, además de exhortar al público asistente a “respetar un programa que trabaja para divertir a millones de personas en todo el país”, pero fue avasallado ante el insistente grito de “fraude, fraude, fraude”, lo que motivó que la transmisión se interrumpiera con una pausa comercial que se prolongó por más de 15 minutos.
“Versiones de actores e integrantes de la producción señalan que un grupo de poco más de 100 jóvenes -300 de acuerdo con los inconformes- ingresaron al foro seis, luego de formarse por varias horas y recibir un boleto de acceso, para, al iniciar la transmisión, en una acción “concertada”, lanzar consignas, lo que motivó que personal de seguridad de Televisa los intentara desalojar. En un principio los manifestantes se negaron a salir del foro; sin embargo, cuando los inconformes se dieron cuenta que si dejaban el lugar el foro quedaría vacío, decidieron retirarse y dejar completamente abandonadas las sillas para el público.
“Por lo anterior, la producción se vio obligada a cambiar el lugar desde donde se terminó de transmitir el programa, mientras que los jóvenes abandonaron las instalaciones de la televisora coreando la consigna “sufragio efectivo, no imposición”, así como estrofas de la canción del cantautor argentino Diego Torres, “saber que se puede, querer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera. Pintarse la cara, color esperanza, tentar el futuro con el corazón”.
“Poco antes de las 22 horas, los manifestantes, quienes aún permanecían frente a la sede de Televisa San Ángel, en Periférico Sur, señalaron que se trató de una manifestación “pacífica y ordenada, en la que quisimos expresar nuestro rechazo al fraude electoral y como una demanda a la apertura de los medios electrónicos, quienes insisten en violentar el derecho a la información”. Expresaron su rechazo y la falta de respeto al voto. “En 1988 nadie de nosotros pudo votar, ahora que lo hicimos exigimos que se respete nuestra voluntad”. También advirtieron que se convertirán en una “sombra del presidente espurio”, a quien señalaron que le espera un periodo de gobierno de “movilizaciones y protestas”.
*Este texto forma parte de un trabajo más amplio que se denomina: Los años de la resistencia, que será publicado en esta columna por entregas.