Por JHAD
“Me estremecieron mujeres
que la historia anotó entre laureles
y otras desconocidas gigantes
que no hay libro que las aguante…”
Silvio Rodríguez
Yucatán fue cuna de Elvia Carrillo Puerto, la Monja Roja, una líder feminista que nació el 30 de enero de 1881, en el seno de una familia acomodada pero comprometida con la lucha social.
Mientras estudiaba la primaria, pudo observar las terribles desigualdades que existían entre los hijos de los obreros con quienes compartían las aulas, despertando desde muy joven su activismo político.
Fue alumna de la poetisa Rita Cetina Gutiérrez, quien fundó en Yucatán la primera secundaria para mujeres y después la primera organización feminista Siempreviva. Desde ahí la Monja Roja, pulió sus cualidades como maestra, poeta y activista.
Inteligente, astuta y con una belleza singular, Elvia tenía una sensibilidad especial para defender a los más desprotegidos. Junto a su hermano Felipe, recibía una instrucción permanente de parte de un sacerdote anarquista, que les permitió fortalecer sus ideales de justicia e igualdad.
En 1923 fue electa diputada para el Congreso de Yucatán, para convertirse en una de las tres primeras mujeres elegidas para ocupar ese cargo en una época donde no existía el derecho a votar para ellas.
Cuando tenía 29 años, participó en una rebelión en contra del gobernador de Yucatán, Enrique Muñoz Aristegui quien era acusado de ser un tirano, cacique e injusto con el pueblo. A ese evento se le conoció como el Plan de Dzellkoop, la primera chispa de la Revolución mexicana.
En 1912 fundó la primera Liga Feminista Campesina donde protegió a sus congéneres, además de crear escuelas rurales en toda la entidad yucateca.
Nunca bajó la guardia y continúo organizando grupos feministas y participó activamente en la formación del Partido Socialista Obrero de Yucatán.
En 1921, su hermano Felipe fue declarado gobernador de la entidad y su aportación fue aún mayor. Las mujeres, la niñez, la familia y la educación fueron los ejes principales de su lucha.
Tras el atentado en que asesinaron a su hermano en 1924, los adversarios de Felipe Carrillo Puerto la hicieron dejar el cargo y decidió mudarse a la ciudad de México.
Durante los gobiernos de Obregón, Calles y Cárdenas, la Monja Roja del Mayab, nunca dejó de cumplir con sus ideales.
En 1947, con Miguel Alemán Valdés como presidente se dio un paso adelante y se aprobó el derecho de voto de la mujer en las elecciones municipales en México.
El 17 de octubre de 1953 apareció en el Diario Oficial de la Federación un decreto en el que se anunciaba que las mujeres tendrían derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular.
La lucha de Elvia rendía frutos y la historia cambió para siempre. La igualdad de género llegaba para quedarse.
El 15 de abril de 1968, a los 89 años de edad, Elvia Carrillo Puerto, la Monja Roja del Mayab, dejó de existir.
Su obra y su lucha aún siguen vigentes. Sus restos reposan en el cementerio general de Mérida.
Elvia Carrillo Puerto, la Monja Roja del Mayab, una gran mujer, una gran líder, una mujer inmortal.