Por: Jhad
“No sé ver el futuro, mi chamanismo llega al hasta aquí y el hasta ahora”: Francisco López Toledo
Hace cinco años, el 24 de diciembre de 2014, “Chico” Toledo salió a las calles de Oaxaca a volar 43 papalotes. El motivo era recordar a los estudiantes asesinados en Iguala ese mismo año. La imagen del artista dio la vuelta al mundo entero.
“Como no los encuentran en la tierra, ni en el agua, nosotros enviamos papalotes para buscarlos en el cielo”, dijo Toledo, al explicar el motivo de esa lúdica ceremonia.
Así era ese hombre. Indomable. Sin reglas, pero justo. Solidario, orgullosamente zapoteco. Creador inigualable. Filántropo, activista y luchador social.
El artista más internacional de México, nació en Juchitán de Zaragoza, el 17 de julio de 1940.
Como activista apoyó diversas causas para promover la conservación del patrimonio artístico de México y lo hizo con sus propios recursos.
Artista, impresor, pintor, escultor y ceramista, tuvo de mentor en su juventud, al también oaxaqueño Rufino Tamayo, quien se convirtió en su guía ya que “le había abierto los ojos a una realidad más amplia”, para hacer eficientes sus procesos creativos.
Coincidió con Octavio Paz mientras estaba en Paris, donde su sensibilidad tomó mayor fuerza al convivir con el célebre poeta. Debido a un lío de faldas, la relación entre estos dos brillantes mexicanos terminó mal.
Era fácil reconocer la estampa de Toledo. Barba y cabello castigados por el tiempo, camisa sin planchar, pantalones de mezclilla, huaraches o botas.
Amante del cine y la lectura, el artista admiraba a Franz Kafka con quien compartía su gusto por la fusión entre la fantasía y la realidad en sus obras.
En 2015 vendió cerca de 125 mil de sus creaciones al Instituto nacional de Bellas Artes, en la simbólica cantidad de un peso. “Me lo voy a gastar yo solito”, dijo el artista de manera irónica.
Y así, entre monos, murciélagos, iguanas, sapos e insectos, la obra de Toledo sigue dando vueltas por el mundo artístico. Ya están instaladas en la gloria de la inmortalidad.
Apenas ayer, 5 de septiembre, el artista tomó un papalote y salió a buscar la eternidad. Voló raudo. Pudo el cáncer vencerlo. Su vida, su obra, su legado y sus detalles vivirán por siempre.
Descansa en paz Francisco Benjamín López Toledo, un atrevido, un provocador, un grande y un inolvidable. Francisco Toledo, el artista más internacional de México.
