Redacción

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México recomendó el martes a la Fiscalía General de la República reabrir la investigación del asesinato del excandidato presidencial Luis Donaldo Colosio, ocurrido hace veintisiete años, al determinar que el responsable del hecho fue sometido a torturas y que hubo irregularidades en su proceso.

El caso del magnicidio de Colosio en 1994, el cual desencadenó una crisis política en México, podría reactivarse tras la recomendación de la CNDH al Ministerio Público para que realice una nueva investigación al proceso que dio origen a la detención y sentencia de Mario Aburto.

En un comunicado, difundido el martes, la CNDH admite que existen evidencias de que elementos de la desaparecida Policía Judicial Federal, adscritos a la Fiscalía, y agentes del Ministerio Público Federal que participaron en la detención y traslado de Aburto “incurrieron en actos de tortura en su contra y los médicos que intervinieron en los hechos actuaron de forma irregular al pretender ocultar o tolerar dichos actos”.

Ante esas irregularidades, la CNDH propone realizar nuevas investigaciones para llegar al “pleno esclarecimiento de los hechos, que permitan a la víctima y a la sociedad mexicana acceder al derecho a la verdad de manera individual y colectiva de las reiteradas violaciones a los derechos humanos cometidas, y que el Estado responda por sus actos”.

Asimismo, el organismo recomendó al fiscal general, Alejandro Gertz Manero, y al comisionado de Prevención y Readaptación Social reparar integralmente el daño al agraviado y a sus familiares en los términos previstos por la ley, inscribirles en el Registro Nacional de Víctimas y otorgarles atención médica y psicológica, además de colaborar en el trámite y seguimiento de su queja.

El organismo anunció que enviará las recomendaciones del caso a la Cámara de Diputados para que sean incluidas en la investigación que realiza la Comisión de la Verdad, que fue creada para esclarecer los hechos.

Aburto fue apresado el 23 de marzo de 1994 en la ciudad de Tijuana, estado de Baja California, después del ataque durante un acto político de Colosio, quien recibió dos disparos de arma de fuego, uno en la cabeza y otro en el abdomen, y murió horas después en un centro de salud.

Hace 27 años, el asesino confeso de Colosio interpuso una queja por actos de tortura reiterada y desde agosto de 1994 hay una investigación en la Fiscalía General sobre los hechos. En marzo pasado, Aburto presentó una nueva denuncia ante la CNDH.