• Legisladores continúan discusiones para hacer modificaciones a la Ley General de Salud sobre los “sistemas electrónicos de administración de nicotina” para beneficiar a consumidores y los derechos humanos

Red de corresponsales

Desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hasta el pleno de la Cámara de Diputados Senadores, se han llevado a cabo diversas conversaciones en torno a la legalización de las alternativas del cigarro. Si bien se han presentado puntos a favor y en contra, los datos duros son contundentes y señalan que en otros países las regulaciones han ayudado a los consumidores.

Este pasado octubre, en Londres, Cochrane, una organización que reúne investigaciones científicas, revisó 50 estudios en el mundo, en el que coinciden que las alternativas al cigarro, como vapeadores, podrían alejar a las personas del consumo de cigarro.

Un ejemplo es Japón, que en 2013 introdujo al mercado el tabaco calentado, una alternativa para el consumo de nicotina menos dañina que el cigarro. Del 2015 al 2019, las ventas del cigarro tradicional cayeron 34 por ciento. Al mismo tiempo, el consumo de tabaco calentado por parte de menores de edad y no fumadores en ese país, en el mismo periodo, nunca superó el 1 por ciento. Es decir, al permitir y regular las nuevas alternativas, logró disminuir el consumo de cigarros protegiendo a los no fumadores y menores de edad.

Inglaterra es otro país que lleva muchos años promoviendo entre fumadores el cambio del cigarro tradicional al cigarro electrónico y vapeadores. Cada octubre, las instituciones de salud pública de ese país lanzan su campaña “Stoptober”, haciendo referencia al mes y a detener el consumo de cigarros (“stop” que significa “alto”).

Además de promover el no consumo de cigarros para quienes nunca los han probado, esta campaña motiva a los fumadores que quieren seguir consumiendo nicotina a probar alternativas menos dañinas como el cigarro electrónico, snus,tabaco calentado, por mencionar algunas. En 2017, el gobierno inglés logró que más de 50 mil personas dejaran de fumar utilizando cigarros electrónicos. Actualmente existe un programa piloto en el cual doctores del servicio de salud prescriben cigarros electrónicos como alternativas para los fumadores que desean cambiar.

Un tercer caso de éxito es Nueva Zelanda, que primero prohibió las alternativas y luego, tras revisar la ciencia y evidencia que comprueba que estas opciones son menos dañinas que el cigarro convencional, decidió regular al día de hoy han disminuido considerablemente el número de fumadores. Nueva Zelanda con campañas y esfuerzos parecidos a los ingleses ha reducido la incidencia de consumo de cigarro y se encamina a ser el primer país libre de este producto.

Por otro lado, en México las conversaciones de las autoridades continúan rumbo a la regularización de las alternativas de tabaco. La más reciente ocurrió este pasado 17 de noviembre en la Cámara Baja, cuando el legislador Sergio Barrera, diputado de Movimiento Ciudadano (MC) por Jalisco, subió al pleno para proponer, junto con Salomón Chertorivski, la regulación de vapeadores.

Mientras fumaba un cigarro electrónico , el diputado del MC llamó a modificar el artículo 17 bis de la Ley General de Salud para incluir el término “sistemas electrónicos de administración de nicotina”, y el artículo 6 de la Ley General para el Control de Tabaco para que haya una mejor certeza en el mercado de alternativas y al mismo tiempo se respeten los derechos humanos.

Anteriormente, la SCJN, tras una polémica en torno al tema, declaró que la prohibición absoluta en México de los cigarros electrónicos y vapeadores es una medida desproporcionada e inconstitucional.

Algunos votos concurrentes estuvieron relacionados a la violación de la libertad de comercio y al libre desarrollo de la personalidad; si la prohibición es por temas de salud se debe regular desde otras políticas, señalaron.

De acuerdo con estimaciones de Mexvap, el 35% de los usuarios de vapeo, que en su total asciende a un millón de personas, regresaron a fumar cigarro por la prohibición, pues los consumidores temen que se les complique o no puedan encontrar productos legales.

En ese sentido, la importancia de su regularización es para que los consumidores adultos tengan acceso a opciones de forma legal así como a información, sin verse orillados a seguir fumando cigarros convencionales.