• De acuerdo a diferentes estudios, desde la época prehispánica era utilizada para rituales de los guerreros y era conocían como “cuetlaxóchitl” que significa flor que se marchita

Red de corresponsales

La flor de Nochebuena es uno de los adornos que no puede faltar en la navidad mexicana, motivo por el cual se ha extendido la tradición a lo largo del mundo. Esta peculiar flor es de origen nacional y por esa razón cada 8 de diciembre se le celebra y conmemora.

De acuerdo a diversos estudios, en épocas prehispánicas fue usada para curar algunas afecciones de la piel, también como tónicos para disminuir la fiebre. Durante el México antiguo era conocida como “cuetlaxóchitl”, palabra en náhuatlque significa “flor que se marchita”.

En diferentes partes del mundo se expandió como símbolo de la navidad, es conocida también como la “Flor de Pascua” o “Estrella federal”; es una de las flores que más se vende en diciembre. A lo largo de los años su significado ha ido cambiando, en la época precolombina era considerada como pureza y belleza; actualmente se le considera como símbolo de la unión.

Hay diversidad de estas flores, con más de 20 variedades, aunque las que más resaltan y son más conocidas son las de color rojo, también hay blancas, amarillas y moradas.

De acuerdo con el documental Cuetlaxóchitl. La flor ritual prehispánica que se convirtió en símbolo universal de la Navidad, realizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, se dio a conocer que el rojo de las flores simbolizaba la sangre de los sacrificios ofrendados al sol, también representaba la nueva vida.

Creían que los guerreros que morían en las batallas, regresaban a la tierra a tomar de la miel de la nochebuena, por esa razón la ponían en los altares dedicados a ellos. La época en que florecía fue en diciembre, por ese motivo los monjes franciscanos la comenzaron a usar durante la Colonia en la procesión de la Natividad: en las fiestas del santo pesebre, así como en la representación del nacimiento del niño Jesús.

En la época colonial se utilizaba para adornar las iglesias. En 1828 la llevaron de Taxco, Guerrero, hacia Filadelfia, Estados Unidos, con el primer embajador y botánico estadounidense en México, Joel R. Poinsett. En Europa la introdujo Alexander Von Humboldt en la primera década del siglo XIX, desde ese tiempo las nochebuenas fueron usadas como arreglos de los templos.

Dos de los atributos de las flores que fueron claves para ser usadas en la época prehispánica eran su “dimensión femenina” y color brillante. El color rojo, azul y amarillo eran los más importantes en las representaciones de Mesoamérica; era asociado con la sangre, el fuego, la juventud, la resurrección, la fertilidad, la pureza y con las rutas cósmicas: el norte para los Mayas y Toltecas y el este para los Náhuatl.

En los altares mexicas era puesta como adorno, pero no sólo en los de guerreros muertos, sino también para la diosa Tonantzin. De sus hojas extraían tinta de color rojo que era utilizada como colorante para telas. Por su parte, la característica femenina de la nochebuena que era la femenina representó la sexualidad de las mujeres, fueron relacionadas con Xochiquétzal quien era la diosa del amor, de la belleza y el placer.

Cuetlaxóchitl era considerada como una planta medicinal para las mujeres, fue recomendada para las madres que tenían poca leche o para provocar la regla, en la actualidad no arregla los altares de Tonantzin sino los de la Virgen María.