Redacción
A pesar de los avances que se lograron para impulsar la competitividad en el sector educativo en años recientes, el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que fue el responsable de retomar la asignación automática de plazas a maestros egresados de escuelas normales, tal y como ocurría en décadas pasadas.
En ese sentido, en su tradicional conferencia de prensa, el Jefe del Ejecutivo rechazó haber sido presionado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, pues, incluso, afirmó que fue él quien les hizo la propuesta a los disidentes.
“El que salga de la escuela normal va a salir con su plaza aunque no les guste a los conservadores […] No es que me hayan presionado los de la CNTE, yo no me dejo presionar por nadie; ni siquiera ellos me lo plantearon, yo lo planteé, porque quiero fortalecer la educación pública”, explicó.
El primer mandatario afirmó que los exámenes de admisión corresponden a la política neoliberal, para cerrar las escuelas normales rurales, como ocurrió con El Mexe en el estado de Hidalgo.
De esta manera, de acuerdo con su criterio, solamente se tiene que cotejar cuantas plazas hay vacantes, para que se le dé preferencia a los normalistas, quienes aseguró, “están preparados”.
Por ello, consideró que “deberían quitarse los exámenes de admisión” en las instituciones públicas como la Universidad Nacional Autónoma de México, pues, según él, éste debería ser el nuevo paradigma que pondrá fin a la privatización de la educación, la cual comenzó, de acuerdo con su visión, con la reforma al artículo tercero en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuando se promovió que el Estado dejara de ser garante de la educación pública desde el nivel medio superior.
En otro orden de idas, López Obrador reiteró que tiene una buena relación con el gobierno de Estados Unidos, y que no hay diferencias de fondo ni discrepancias que puedan llevar a aplicar medidas que afecten la economía de México.
“Ayer conversé telefónicamente con el presidente Trump en muy buenos términos y puedo informarle al pueblo de México que son buenas la relaciones con el gobierno de Estados Unidos, no hay diferencias de fondo, no hay ninguna discrepancia, nada que pueda llevar a tomar medidas, que se apliquen medidas que afecten la economía, el desarrollo de nuestro país”, afirmó.