Senadores del Comité de Relaciones Exteriores de Estados Unidos pidieron endurecer la posición de las autoridades estadounidenses en torno a la reforma eléctrica propuesta en México por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues consideran que cerrará las puertas a la explotación de minerales estratégicos como el litio y el cobre y amenaza inversiones privadas por 44 mil millones de dólares en el sector energético de México, además del impacto negativo en la inversión del sector privado estadounidense en ese país.


En una carta enviada al secretario de Estado de EU, Antony Blinken y a la secretaria de Energía de ese país, Jennifer Granholm, los congresistas piden al presidente Joe Biden, expresar con mas fuerza sus preocupaciones sobre al agenda perjudicial de combustibles fósiles del presidente de México, porque hasta ahora, López Obrador interpreta el relativo silencio público de la administración Biden como indiferencia o tácita aprobación de la decisión de su gobierno de priorizar el desarrollo de combustibles fósiles sobre energías renovables.


A unas horas de la visita a México de la encargada de la política energética en el vecino país del norte, los congresistas le recomendaron “hacer de este tema un tema prioritario de discusión” con las autoridades mexicanas.


Los legisladores dan por hecho que el Congreso en México aprobará la reforma eléctrica, con lo que se dará marcha atrás a la reforma energética del año 2014 que permitió la inversión privada y extranjera en el sector energético de México y restableció el dominio de la estatal Comisión Federal de Electricidad sobre el sector energético.


Agregaron que de promulgarse la reforma, el gobierno mexicano cancelaría los permisos, contratos y certificados; eliminará las agencias reguladoras federales de energía que proporcionan controles y balances en empresas estatales de energía; le ofrece a CFE una garantía para controlar al menos el 54 por ciento del mercado.


Además, reorganiza las cuotas de producción de energías privadas y estatales para favorecer la producción de combustibles fósiles y establece al estado como único implementador de la transición de energía limpia de México.


Pero dijeron que lo más grave es que prohibirán concesiones para explotar minerales estratégicos como el litio y el cobre.