Redacción

Para este 2022, se prevé que en México se estarán desarrollando grandes proyectos tanto gubernamentales como privados enfocados en la creación de identidades digitales como un mecanismo para prevenir delitos como la suplantación de identidad y los fraudes cibernéticos. Sin embargo, para que estos sean exitosos y cumplan la función para la que fueron creados, es necesario que se garantice la ética y la capacidad técnica de los proveedores de tecnología que estarán implementándolos.

Así lo indicó Adolfo Loera, CEO de Biometría Aplicada, quien agregó que aunque la oferta en el mercado en materia de ciberseguridad es muy amplia en el país, la creación de identidades digitales requiere de una especialización que no todas las compañías tienen, por lo que se requiere que las empresas e instituciones que buscan llevar esta tecnología a sus operaciones investiguen muy bien antes de contratar, ya que tendrán en sus manos datos invaluables de ciudadanos y clientes.

“Uno de los proyectos más ambiciosos del año es, sin lugar a duda, la creación de la Cédula Única de Identidad Digital por parte de la Secretaría de Gobernación, a través del Registro Nacional de Población (Renapo). El objetivo es que cada ciudadano de este país cuente con un documento que avale su identidad y que se utilicen las bondades de la tecnología, particularmente la biométrica, para llegar a aquellos mexicanos que ni siquiera existen oficialmente, porque nunca han sido registrados”, recalcó Loera.

“Asimismo, con esta medida se podrá incorporar a toda la población a la economía digital, que promueve el acceso a educación, salud, servicios financieros y programas sociales, lo que a su vez ayuda a garantizar igualdad de oportunidades. Pero al ser un proyecto de gran escala, la dependencia federal tiene la responsabilidad legal, moral y política de garantizar que esos datos no sean difundidos o vulnerados, y eso sólo puede garantizarse con la tecnología y los candados diseñados para ello”, agregó.

Un caso similar es el del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Panaut), que aunque su creación fue decretada por el Congreso de la Nación, hoy se encuentra suspendido por orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) después de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) promoviera una controversia, ya que consideró que crear el Panaut, que obligaría a 129.8 millones de usuarios que hoy tienen una línea telefónica a proporcionar sus datos personales y biométricos, va en contra de sus facultades.

Con ello, continuó Loera, se detuvo la posibilidad de evolucionar los servicios de telefonía móvil para que integraran transacciones seguras mediante validaciones biométricas, es decir, se podrían integrar servicios financieros por parte de las empresas de telecomunicaciones en el marco de la normativa de las empresas Fintech.

“Los ciudadanos también manifestaron su inconformidad y es lógico, ya que en el pasado fuimos testigos de las filtraciones que sufrió el Instituto Nacional Electoral de su base de datos, por poner un ejemplo. Sin embargo, en dado caso que la SCJN decida darle el visto bueno -aún falta que decida sobre la constitucionalidad de la iniciativa- también existen muestras de un manejo responsable y adecuado de la información, como es el caso de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) o del Servicio de Administración Tributaria (SAT), y son los modelos a seguir por cualquier dependencia que busque almacenar datos biométricos de los ciudadanos”, recalcó Loera.

El experto en identidades digitales comentó que otro ejemplo de la buena implementación de los biométricos es el de las administradoras de fondos para el retiro (afores), que desde que iniciaron con la creación de expedientes digitales con biométricos lograron reducir en un 99% los traspasos indebidos y no se han presentado casos de retiros por desempleo no reconocidos, ya que la tecnología permite un monitoreo efectivo de las transacciones, esto según la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

“A cinco años de haber iniciado la medida, hoy este servicio podría optimizarse con herramientas como el onboarding digital, que permite hacer un enrolamiento a distancia y programar citas a conveniencia del trabajador para que posteriormente vaya de manera presencial a una sucursal a completar el proceso”, propuso Loera.

En un caso similar se encuentran los bancos, que a raíz de la pandemia de covid-19 también han visto complicada su labor de enrolamiento de los usuarios de la banca y, con ello, su intención de cumplir con la ley. “Es necesario que los bancos se acerquen a sus proveedores de tecnología para conocer las alternativas que tienen para acelerar este proceso, pero no sólo eso, sino que conozcan qué otros beneficios pueden obtener con la gran inversión que están haciendo, más allá del mero cumplimiento normativo”, dijo el también fundador de Biometría Aplicada.

Medios de pago con biométricos

Durante este año también se prevé un auge en los medios de pago biométricos, los cuales utilizarán escáneres de huellas dactilares e iris, o el reconocimiento facial y de voz para identificar al usuario y validar las transacciones. Con ello se estaría reemplazando o complementando elementos de seguridad como la firma autógrafa, el NIP y otras contraseñas.

“Por un lado, los fraudes cibernéticos y las compras no reconocidas, tanto en internet como en sucursales físicas, son problemáticas que no han reducido su incidencia durante la pandemia, y por el otro, los usuarios de la banca están dispuestos a proporcionar sus datos biométricos a estas instituciones si con eso les garantizan una mayor seguridad en sus cuentas. Esto debe ser aprovechado por la industria para tratar de frenar estos ilícitos, que en los últimos dos años han tenido un incremento de más del 100%”, agregó el especialista.

Nueva normativa en casas de bolsa

Una de las grandes oportunidades para el sector biométrico en este 2022 vendrá con las modificaciones al marco regulatorio de las casas de bolsa, especialmente con la posibilidad de realizar una contratación remota, lo que se espera dé como resultado una mayor apertura de cuentas, con la atracción de clientes jóvenes.

De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), se buscó homologar la actual normativa de los bancos con la de los intermediarios bursátiles, por lo que se amplió el nivel de transaccional mensual para cuentas de bajo riesgo de 2,000 a 3,000 Unidades de Inversión, y se permitirá que los usuarios realizan operaciones 100% digitales.

“Sin lugar a duda, como sector tenemos a la vista un año muy alentador, pero también retos importantes qué vencer, sobre todo los relacionados con los mitos y la desinformación que existe alrededor de la tecnología biométrica.  Debemos ser eficientes al momento de comunicar los beneficios que tiene esta tecnología y dejar en claro que el hecho de que una persona proporcione sus datos biométricos a una empresa o institución no es un cheque en blanco para que éstas los utilicen con propósitos no autorizados”, concluyó Loera.

Según la consultora Statista, se prevé que el mercado mundial de sistemas biométricos alcanzará los 68,600 millones de dólares para el 2025, después de que en 2020 alcanzó un valor de 36,600 millones.

Respecto a Latinoamérica, se espera que la industria tenga un crecimiento superior al 20% en la región, donde México, Brasil y Argentina serán los mercados que llevarán la batuta en la adopción de esta tecnología.