Increíble tradición es la peregrinación en Talpa de Allende

Red de corresponsales

Vivir la experiencia de caminar a Talpa de Allende junto con miles de peregrinos es única. Así lo describe Carlos Luévanos, un joven que en tres ocasiones ha hecho el recorrido de 120 kilómetros caminando desde Ameca hasta Talpa de Allende y que forma parte de las estadísticas que posicionan a Jalisco como uno de los líderes del turismo religioso.

El recorrido comienza en el Cerro del Obispo en Ameca y como es una de las partes más altas, de ahí se ve parte del camino que algunos peregrinos concluyen en dos días y otros hasta en una semana.

“De repente nos llega la noche y hay que quedarse en algún lugar, casi siempre hay zonas ya establecidas donde los propios habitantes rentan la cochera o el patio de su casa y te facilitan acceso al baño para un regaderazo para retomar energías y continuar el camino”

En todos los poblados por los que pasan hay personas vendiendo agua, bebidas hidratantes y comida a precios accesibles, quienes agradecen la compra e invitan a seguir acudiendo a la bicentenaria peregrinación que año con año reúne a cerca de dos millones de personas previo y durante la Semana Santa.

El recorrido es difícil y quienes lo hacen deben tener condición física y sobre todo muchas precauciones, pues una parte de la peregrinación es al borde de la carretera o en medio del bosque, donde se aprecian unos paisajes únicos de la sierra jalisciense.

“Se sufre y se cansa muy fuerte, pero el participar en un peregrinar es muy satisfactorio”, pues una vez pasando por Guachinango, donde la mayoría se quedan a descansar en la plaza principal o en casas particulares “hay que armarse de mucho valor, mucha paciencia y mucha fuerza” porque al siguiente día tienen que pasar por el cerro conocido como El Espinazo del Diablo y hay algunas partes donde incluso se sube apoyados de una cuerda, como si fueran escalando y siguen caminando hasta llegar a Cruz de Romero. De ahí, al ver el templo de la Virgen del Rosario de Talpa ya se puede decir “misión cumplida”.

Peregrinación a Zapopan

Aunque la de Talpa es muy famosa, también hay millones de personas que visitan a la Virgen de Zapopan, cuya fiesta es el 12 de octubre y reúne solo ese día a más de millón y medio de fieles.

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Una de ellas es Norma Angélica Hernández, originaria de Fresnillo, Zacatecas, y quien ha visitado a La Generala por lo menos en cuatro ocasiones.

Ella acude regularmente unos días antes de la Semana Santa y este año recorrió por más de seis horas en auto desde su casa hasta la Basílica de Zapopan, acompañada de dos de sus hijos, su esposo y su suegra.

“Venimos a acompañar a mi suegra a pagar una manda que debía y nos gusta visitar a la Virgen de Zapopan cuando tenemos oportunidad. Nos quedamos en un hotel en Guadalajara, nos paseamos, cenamos de lo que venden, unos biónicos riquísimos, compramos algún detallito, un recuerdito y nos ha gustado mucho”.