Miguel Pallares | Enviado |
WASHINGTON D.C.- A pocos metros de La Casa Blanca, el Capitolio y el Monumento a Lincoln, dentro de la capital estadounidense, especialistas de diversas partes del mundo se reunieron para debatir sobre cigarros electrónicos.
El debate fue intenso. Las conclusiones, abiertas. Los expertos coincidieron que la desinformación y las mentiras prevalecen sobre las nuevas alternativas a los cigarros.
Los productos alternativos como IQOS, de Philip Morris, reducen hasta 95% las sustancias tóxicas emitidas por un cigarro tradicional. La FDA, agencia reguladora sanitaria de Estados Unidos, ha analizado la evidencia científica sobre estos productos y ya permite su venta.
La evidencia científica sobre una menor exposición a sustancias tóxicas no sólo ha sido aceptada por el órgano regulador estadounidense, también por los gobiernos de Reino Unido, Nueva Zelanda, Japón, Noruega, Grecia, Uruguay y Suiza, entre otros. México está rezagado.
En el caso de Reino Unido, el mismo gobierno promueve a través de campañas el uso de los nuevos productos en lugar del cigarrillo.
En medio del debate, la nicotina es una sustancia clave. Los especialistas coinciden en que es una droga adictiva y, por lo tanto, es necesario ser claros al informar sobre su impacto.
Durante los paneles y exposiciones realizados en The E-Cigarette Summit 2022, especialistas explicaron que las nuevas alternativas al cigarro son clave para la salud pública de distintos países, donde el cigarro es una de las principales causas de enfermedades y muertes.
Las personas no deben de fumar, esta es una de las principales premisas dentro de este debate. Y aquellos que deseen fumar deben optar por productos que representen menor exposición a sustancias tóxicas.
En cuanto a las leyes y regulaciones, el debate en la cumbre se centró en la importancia de contar con normas y un marco jurídico que permita desincentivar el mercado negro de estos productos, su adulteración, reducir la desinformación e impulsar el cambio a las nuevas alternativas.
La salud pública está en juego en este debate. Los especialistas urgen a no tener miedo a la innovación, el avance científico y la tecnología para poder avanzar en la discusión basada en evidencia científica y no en mitos.
Debate intenso
Neal Benowitz, investigador de la Universidad de California San Francisco, explicó que todavía hay preocupaciones sobre la nicotina y sus efectos, ya que en definitiva es adictiva, genera problemas cardiovasculares y es posible causante de cáncer.
“La nicotina tiene efectos en todas las partes del cuerpo. Investigaciones clínicas sugieren potenciales riesgos. La nicotina es potencialmente más adictiva que otras drogas”, dijo el especialista.
Peter Hajek, profesor del Wolfson Institute of Preventive Medicine, coincidió en que algunos estudios muestran daños en animales por la nicotina y destacó la importancia de contar con alternativas para reducir los riesgos generados por el cigarro.
“La gente que cambia de fumar hacia alternativas como el cigarro electrónico evitan estos grandes riesgos. La regulación es muy pequeña comparada con la de fumar, así que si hacemos una ley o alentamos a las personas a cambiar de fumar a los productos, estamos evitando un riesgo muy serio”, manifestó.
Andrew Hyland, director científico de Population Assessment of Tobacco and Health (PATH) de la Food and Drug Administration (FDA), mencionó que el órgano realiza intensivas investigaciones y análisis en torno a las nuevas alternativas de los cigarros.
Por su parte, Matt Holman, director del Centro para Productos del Tabaco de la FDA, señaló la necesidad de realizar diálogos con los actores interesados en el tema para determinar la dirección de los retos en salud pública y agregó que es necesario reflejar la ciencia disponible hasta el momento.
En las mesas de discusión, los especialistas señalaron que la participación de la FDA es clave para mitigar la desinformación y dar confianza sobre los avances científicos en este tema.
Clive Bates, director de la firma consultora Counterfactual, aseveró que es necesaria mayor comunicación sobre este tema, ya que exista una falta de entendimiento que afecta a la población.
“Tenemos productos que pueden desplazar al cigarro y reducir de manera importante el consumo de cajetillas. Es progreso a través de la tecnología y los gobiernos, desafortunadamente como el gobierno de México, se están quedando a un lado de este progreso, tratando de prohibir algo, mientras el producto está en el mercado y esto no tiene sentido”, dijo.
El experto destacó que “existen productos alternativos al cigarro que reducen la exposición de 95% a las sustancias tóxicas en comparación a un cigarro”.
Raffi Castillo, especialista de Manila Doctos Hospital, apuntó que “la regulación es muy importante, porque, número uno, protege el uso en adolescentes y jóvenes adultos, que puedan ser seducidos para utilizar vapeadores”.
Reto global
Para Tommaso Di Giovanni, vicepresidente de Comunicación de Philip Morris International (PMI), la regulación sobre cigarros electrónicos requiere la participación de la academia, organizaciones, el gobierno y diversos actores.
“La regulación puede dar a los consumidores y fumadores, confianza en la evidencia científica e incentivar el cambio a estas nuevas alternativas, por eso es importante”, señaló.
En cuanto a las prohibiciones, el directivo señaló que los países con este tipo de acciones son minoría y ante las autorizaciones de órganos como la FDA, así como de otras partes del mundo, espera se abran a la evidencia científica.
En Philip Morris International, IQOS es la segunda marca más importante en términos de ventas, sólo después de Marlboro. IQOS no quema el tabaco, sino que lo calienta y emite un vapor, que según diversos estudios reduce hasta 95% la exposición a las sustancias tóxicas comparadas con un cigarro,
“Los productos de PMI libres de humo se han lanzado en 71 países y ya representa el 30 por ciento de los ingresos de la compañía y ya casi 17 millones de adultos consumidores en el mundo han cambiado a IQOS”, precisó.
El objetivo de Philip Morris para el año 2025 es que 50% de sus ingresos provengan de productos libres de humo, además de alcanzar 100 mercados donde este tipo de alternativas sean permitidas y comercializadas.
“Muchos gobiernos están moviéndose hacia adelante en el tema de regulación como Grecia, Nueva Zelanda y Uruguay”, comentó.
Gizelle Baker, vicepresidenta global de relacionamiento científico de PMI, reiteró que es necesario “maximizar el número de personas que usan las nuevas alternativas y es importante que las personas estén informadas para tomar mejores decisiones”.
“Los biomarcadores relacionados con los daños a la salud se reducen 85% en comparación con una persona que deja de fumar”, indicó.
Los biomarcadores son indicadores o características que muestran diversas comportamientos biológicos en el cuerpo, y en el caso de las nuevas alternativas al cigarro, permiten tener un efecto positivo en la salud de las personas, es decir, estos indicadores muestran un efecto similar al que se logra cuando las personas dejan de fumar.
Andrea Constantini, líder de investigación científica para Latinoamérica de PMI, dijo que “es necesario que el conocimiento sobre las nuevas alternativas sea socializado y necesitamos tomar conciencia de las políticas de reducción de daño del tabaco, que su implementación en otras partes del mundo es super importante”.
“Se está presentando la experiencia de los países que están más avanzado en este debate y en la implementación de estas políticas, y cómo esto los ayuda a disminuir la carga del tabaco en materia de salud pública en sus países”, indicó.
El debate continua en todo el mundo. México tiene un reto importante, regular para que 15 millones de fumadores mexicanos tengan información y acceso a las nuevas alternativas, la regulación protege a los consumidores y que estos productos no caigan en manos de los menores de edad. En México existe un vacío legal en el país ante los retos de la tecnología. La salud pública espera.