Su adopción permitiría a México identificar afectación de suelos, que alcanza al 55% del territorio
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que para 2050 habrá alrededor de 9,000 millones de personas en el mundo, para garantizar la seguridad alimentaria, es decir, disponer de la cantidad suficiente de alimentos de calidad es necesario apoyarse en la tecnología como el uso de drones para aumentar la cantidad y la calidad de la producción de alimentos con menores costos.
La consultora Goldman Sachs predice que el sector agrícola será el segundo mayor usuario de drones en el mundo en los próximos cinco años.
En tanto, Orbis Research, sostiene que, en 2024, el mercado de la agricultura con drones moverá 3,770 millones de dólares en el mundo y, a medida que aumente el uso de los vehículos aéreos no tripulados, se abaratarán sus costos, lo que acelerará la automatización de algunas tareas agrícolas.
Agrega que, el reto es poner esta tecnología al alcance de los pequeños productores y las comunidades locales para mejorar su productividad y optimizar sus recursos materiales y naturales.
Drones ayudan a planear el riego
Los drones también pueden ayudar a monitorear y mejorar la salud del suelo y de los cultivos, ayudar en la planificación de programas de riego, aplicar fertilizantes, estimar datos de producción y proporcionar datos valiosos para el análisis meteorológico, entre otras labores.
En 2020, la ONU reportó que, en México 55% del territorio mexicano presentaba afectación por erosión y desertificación, especialmente en el norte del país, agravándose con la reducción en la disponibilidad del agua por sobreexplotación de los mantos acuíferos y los fenómenos de sequía; lo que contribuye a la pérdida de suelos fértiles y a la función reguladora de los ecosistemas de suministrar bienes y servicios.
De esta forma, el uso de drones en México permite identificar los ecosistemas dañados, a través de imágenes multiespectrales, hacen una función similar a la de los rayos X, para conocer los sitios precisos del terreno en donde es necesario reforestar, detalla la empresa chilena Maxagro.
Agrega que también se ahorraría tiempo y dinero, ya que a diferencia del proceso de reforestación tradicional, que puede ocupar largo tiempo en grandes extensiones a plantar, el uso de drones permite dispersar cientos de miles de semillas en un solo día, que de manera tradicional, representaría el trabajo de un mes empleando a 10 personas.
Dispositivos contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Otra de las ventajas destaca el acceso a áreas remotas, sin poner en riesgo vidas humanas, lo que significa plantar diferentes tipos de vegetación en zonas retiradas y terrenos accidentados, basta con sobrevolar un dron para evitar cualquier riesgo.
Los vehículos aéreos no tripulados también permiten dispersar diferentes especies vegetales, a deferencia que cuando se reforesta con técnicas tradicionales suele plantarse una sola especie de árbol.
Así como recuperar la vegetación después de un incendio forestal, ya que en el mismo año en que se presentan este tipo de afectaciones se puedan reforestar, evitando una mayor exposición y pérdida de suelos en estos sitios.
En ese contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera a estos dispositivos como una nueva herramienta agrícola capaz de contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.