Pese a los esfuerzos que han hecho las autoridades, lo cierto es que en México el trabajo infantil es una triste realidad, pues se estima que trabajan el ocho por ciento de los infantes y adolescentes de cinco a 17 años de edad que radican en el país.
Por medio de un reporte a propósito del Día Mundial contra el Trabajo Infantil el próximo 12 de junio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), precisó que de las niñas, niños y adolescentes ocupados, el 93.8 por ciento (2.0 millones) laboró en ocupaciones no permitidas, de los cuales, el 71.2 por ciento fueron hombres y 28.8 mujeres.
Agregó que de la población que laboró en alguna actividad no permitida, 55.9 por ciento lo hizo en ocupaciones peligrosas y 44.1 por ciento tenía menos de 15 años.
“Ciertas condiciones y actividades implican un riesgo para esta población, por lo que se las ha clasificado como «ocupaciones no permitidas». Lo anterior refiere a los trabajos que realizan quienes se encuentran por debajo de la edad mínima para trabajar (menos de 15 años), o bien, a los trabajos que se consideran peligrosos”, explicó el INEGI.
Cabe mencionar que tres de cada diez niños, niñas y adolescentes (29.2 por ciento) trabajaron en el sector agropecuario, 25 por ciento en servicios y 22.8 por ciento, en comercio; siendo estos sectores los que concentraron mayoritariamente a la población ocupada en actividades no permitidas.
El 31.6 por ciento de esta población trabajó como apoyo en actividades agrícolas, ganaderas, forestales, caza y pesca; 24.5 por ciento se empleó en la minería, construcción e industria; y 14 por ciento laboró como comerciante o en área de ventas, en calidad de empleado o de agente.
El reporte del INEGI agregó que los principales motivos por los que la población de 5 a 17 años laboró en una ocupación no permitida fueron: por gusto o solo por ayudar (27.2 por ciento) y para pagar su escuela y/ o sus propios gastos (19.1 por ciento). Tres de cada diez (29.1 por ciento%) refirieron que el motivo por el que trabajan se relacionaba con el hogar: 15.8 por ciento porque el hogar necesita de su trabajo y 13.3 por ciento porque el hogar necesita de su aportación económica.
El 56.2 por ciento de la población trabajó para un familiar; 38 por ciento para un no familiar, y 5.3 por ciento laboró por su cuenta. Al categorizar por sexo, sobresalió que 10.5 por ciento de las niñas en ocupación no permitida declaró trabajar sola o por su cuenta, en tanto la proporción de hombre en esta categoría es de 3.2 por ciento.
Entre las principales consecuencias para el hogar si la niña, niño o adolescente dejara de trabajar, se destacó que, en 25.1 por ciento de los casos, no pasaría nada o el hogar no se vería afectado; en 23.1 por ciento, el ingreso del hogar se vería afectado, y en 22.3 por ciento, el hogar tendría que destinar parte de su ingreso para el gasto del niño o la niña.