La corcholata favorita del presidente para sucederlo en 2024, tiene nombre y apellido, es mujer y se diga lo que se diga, Andrés Manuel López Obrador, difícilmente cambiará de opinión, a pesar de las fintas que realiza todos los días nombrando a miembros de su gabinete como candidatos a la presidencia, simulando una neutralidad que de ninguna manera existe.
La cercanía y confianza que le tiene el primer mandatario, hacen de Claudia Sheinbaum Pardo, la elegida para continuar con la transformación prometida y qué, lamentablemente no ha podido consolidarse tal como lo prometió López Obrador. Es por ello que necesita alguien de mucha confianza para seguir interviniendo en ese cambio tan mencionado y tan poco consolidado.
Astuto, el presidente remedió a tiempo el error que había cometido al destapar prematuramente a su discípula, y con la misma destreza que tiene de mover la agenda, comenzó a nombrar posibles candidatos para quitarle los reflectores a su corcholata preferida, luego de haberla exhibido y expuesto ante los enemigos del obradorismo y uno que otro despistado morenista.
Después del descalabro electoral que sufrió Morena en la capital en junio del año pasado, donde se responsabilizó de la derrota directamente a Claudia, se pensaba que el primer mandatario la mandaría a la congeladora, pero en cuanto le pasó el disgusto, volvió a arroparla e impulsarla desde el sitio más poderoso que es la presidencia de la República.
Lo mismo sucedió con el accidente de la línea 12 del STC, donde el presidente se hizo cargo de comunicar sobre el asunto a los medios, quitándole peso y responsabilidad a la doctora, quien pudo salir airosa de esa situación tan delicada. De nueva cuenta, el maestro protegió y salvó a su alumna prodiga.
Con esos espaldarazos, la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México, entendió que es la elegida y en honor a su máximo impulsor, decidió copiar el estilo de su mentor para devolverle los favores que ha recibido y de paso, ayudar a consolidar su proyecto político.
Sin el carisma y personalidad del presidente, casi siempre de muy bajo perfil, Claudia ha cambiado y ahora no ha perdido la oportunidad de intentar parecerse a él. Basta echarle un vistazo a su comportamiento en los últimos seis meses, para darse cuenta que quiere mimetizarse y ser la doble de Andrés Manuel López Obrador, sin mucho éxito.
Astuta como su líder, y para estar en sincronía con él, su forma de ser ha sufrido un cambio grotesco que se nota inmediatamente. Antes conciliadora y atenta, hoy es agresiva y muy poco tolerante.
Lo mismo insulta reporteros, culpa a otros de sus males, se pelea con sus críticos. Acude a eventos públicos donde se placea para que le griten presidenta. Además, su equipo la retrata comiendo en la calle y publica las imágenes en redes sociales, sí, así como lo hace el presidente.
Escucharla gritar durante sus arengas políticas, la descomponen. Se escucha forzada, acartonada y muy poco cercana al pueblo. Es difícil que así logre conectar con los votantes. Aunque el peso del presidente será determinante para convertirla en la próxima gobernante del país.
Con este movimiento, el que gana es López Obrador porque pasará a la historia como el presidente que entregará el poder por primera vez a una mujer en México.
Además, tendrá quien le cubra la espalda de los posibles delitos cometidos durante su sexenio -como es la tradición en nuestro país-, y mantendrá el control del comportamiento de Claudia desde su rancho.
Todo esto sucederá siempre y cuando lo permita Scheinbaum, porque capacidad la tiene de sobra. Si se deslinda de la tutela del presidente y se rige con propios sus ideales, puede ser una excelente gobernadora, de lo contrario se convertirá en una marioneta más de Andrés Manuel López Obrador.
Así es que, salvo que ocurra algo muy extraño, ella es la elegida. Todos los guiños del presidente lo indican. Ni Marcelo, ni Adán, ni Tatiana, ni Monreal lo serán. Las cartas están echadas. Solo falta esperar.
En tanto llega el momento de destaparla y ella quiere seguir quedando bien con el jefe, seguiremos siendo testigos de la dolorosa transformación de Claudia.