La firma dice que Roundup es una herramienta valiosa para una producción agrícola eficaz en el mundo
A Monsanto, propiedad de la firma alemana Bayer, le fue negado un recurso de la Corte Suprema de Estados Unidos, con el que pretendía impugnar miles de denuncias que afirman que su herbicida Roundup causa cáncer; lo que abre la puerta a indemnizaciones millonarias.
Al decidir no intervenir, el alto tribunal ratifica una sentencia judicial anterior que condena al grupo a pagar 25 millones de dólares (23 millones de euros) al jubilado, Edwin Hardeman, quien atribuye el cáncer que padece a este herbicida a base de glifosato.
La Corte Suprema no justificó su decisión, lo cual puede tener graves consecuencias para Bayer, objeto de más de 31,000 denuncias similares, además de aquellas para las que llegó a un acuerdo. La cifra podría aumentar.
La empresa alemana ha destinado 6.500 millones de dólares (6.100 millones de euros) para atender los nuevos procedimientos (2.000 millones inicialmente y luego 4.500 millones adicionales tras el rechazo de un acuerdo). La acción de Bayer perdió 2,05% en la Bolsa de Fráncfort.
“Bayer discrepa respetuosamente con la decisión de la Corte Suprema”, pero “está completamente preparado para afrontar el riesgo legal asociado con posibles futuras denuncias en Estados Unidos”, dijo el grupo en un comunicado.
Sin admitir fallo ni responsabilidad
La compañía dice “no admitir ningún fallo ni responsabilidad” y “sigue apoyando sus productos Roundup, una herramienta valiosa para una producción agrícola eficaz en el mundo”.
Edwin Hardeman, diagnosticado en 2015 con un linfoma no Hodgkins, fue uno de los primeros en demandar a Monsanto, afirmando que su enfermedad se debió al herbicida que usó en su propiedad durante 25 años.
El afectado presentó una demanda civil en 2016 y asegura que la firma engaña a los usuarios del glifosato al no incluir la advertencia en sus etiquetas que es dañino.
En 2019 Bayer fue condenado a pagarle 25 millones de dólares por daños y perjuicios, una decisión confirmada en apelación en 2021.
La empresa recurrió entonces a la Corte Suprema de Estados Unidos, impugnando la sentencia alegando que la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) estima que el uso de Roundup no merece una advertencia especial contra el cáncer.
Rechazan que glifosato sea peligroso
La semana pasada una corte de apelaciones con sede en California ordenó a la EPA que lo reconsidere. El principal principio activo de Roundup es el glifosato, clasificado como “probable cancerígeno” por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero Monsanto insiste en que ningún estudio ha concluido que Roundup, que se comercializa desde la década de 1970, y el glifosato, sean peligrosos.
Cabe recordar que Bayer compró al estadounidense Monsanto en 2018 por 63.000 millones de dólares (59.600 millones de euros), desde entonces se ha visto envuelto en múltiples juicios relacionados con herbicidas en Estados Unidos. En junio de 2020 firmó con representantes de demandantes un acuerdo de 10.000 millones de dólares.
En un intento por poner fin de forma permanente a todas las denuncias, el grupo presentó, en mayo de 2021, un plan de cinco puntos que prevé que, en el supuesto de una derrota en la Corte Suprema en el caso Hardeman, entablaría negociaciones sobre las denuncias no incluidas en el acuerdo de 2020.
Dejará de vender herbicida a particulares
Bayer asegura estar “totalmente preparado para defender casos en los tribunales donde las expectativas de los demandantes no son razonables”.
La empresa alemana recalca que recientemente se han dictado a su favor varias sentencias relacionadas con el herbicida y recuerda que la Corte Suprema debe pronunciarse sobre otro caso que ha recurrido: una sentencia que concede 87 millones de dólares (82 millones de euros) a Alva y Alberta Pilliod, ambas con linfoma después de usar Roundup durante años.
El grupo prevé, a partir de 2023, dejar de vender herbicidas a base de glifosato a particulares que vivan en Estados Unidos, pero continuará comercializándolos a profesionales y agricultores.