Terminar con zonas forestales en consecuencia de la urbanización, ha provocado una alza en las temperaturas, lo que genera estrés a los árboles y los vuelve más propensos a contraer contaminaciones

Red de corresponsales

La Ciudad de México tiene una gran cantidad de zonas verdes distribuidas en el territorio urbano, en las cuales habitan millones de árboles y diversidad de plantas. Actualmente, muchos de estos ejemplares naturales se han visto afectados por alteraciones en sistema.

Tal fue el caso de la palma del Paseo de la Reforma, la cual fue retirada debido a un deplorable estado de salud que la fue deteriorando con los años. Especialistas detectaron en sus hojas un tipo de hongo letal, que dañó parcialmente al árbol, según autoridades capitalinas.

Se han hecho indagaciones, debido la cantidad de árboles que están enfermado y comparten los mismos padecimientos que la palma de Reforma. Alejandro Pérez Tamayo, experto en ingeniería forestal de la Universidad de Kyoto, Japón ha dedicado años a investigar sobre la fauna en la Ciudad de México.

Según sus palabras, para una entrevista con National Geographicdesde hace años se han mostrado cambios en los árboles de la capital por una contaminación de hongos. Los análisis fueron hechos en conjunto con el Colegio de Posgrados del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

La pérdida de zonas boscosas de la ciudad ha traído consigo una serie de problemáticas como el aumento de 0.5 grados Celsius arriba del promedio, lo que ha provocado que gran parte de los árboles se vean afectados por una fase de estrés que los deja vulnerables ante contaminaciones.

“Esto se debe a la pérdida de las áreas boscosas en favor de la urbanización desmedida, que durante milenios mantuvieron estos niveles de calor a raya”, destacó.

De acuerdo con Tamayo, las afectaciones más graves están en la zona poniente de la CDMX, en donde los mega desarrollos urbanos, como condominios y centros comerciales han sido los causantes de la pérdida del bosque nativo de esa zona milenaria.

“Toda esa zona se llamaba zona de suelo de conservación (…) Servía como una barrera de contención de plagas, como un espacio para la retención hídrica y para contener los deslaves, así como para conservar los mantos acuíferos que todavía existen”, explicó en su entrevista para National Geographic.

El especialista recalcó que gracias a esta situación los insectos bartrenadores, el muérdago, los citoplasmas y otras plagas han atacado a los árboles de la Ciudad de México y destacó que las infecciones por hongos siempre han estado presentes, pero que el problema escaló debido a la urbanización desmedida.

Éstas no se desarrollan hasta que el árbol entra en estrés. El calor creciente de la capital ha propulsado que diversas especies vegetales caigan en este estado yempiecen a pudrirse desde dentro”, añadió el investigador.

Finalmente, también expresó que desde hace años hizo un llamado a las autoridades, para que atendieran la contaminación por hongos pero que no se concretó nada al respecto, lo que derivo la epidemia letal en árboles.

Y es que las denuncias por afectación o derribo de árboles presentadas ante la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial (PAOT) han sido muchas. El año pasado fueron 488, más las que van de este año, suman 184 quejas ciudadanas de todas las alcaldías de la CDMX, en especial Benito Juárez.

Por su parte, la titular de la Procuraduría, Mariana Boy Tamborell, explicó que el aumento de denuncias se debió a que en 2020 las personas no podían hacerlo por la suspensión temporal de varios ámbitos por la pandemia del Covid-19.