Por: Jhad
“José Revueltas es uno de los mejores escritores de mi generación y uno de los hombres más puros de México”: Octavio Paz
El México post revolucionario trajo consigo la creación de nuevos escenarios políticos. Uno de ellos fue, en 1919, la creación del Partido Comunista Mexicano, cuya formación tenía como punto central la defensa de la igualdad social.
Desde esa tribuna se fomentó la formación de sindicatos nacionales en la industria en defensa de los trabajadores, además de la creación de diversos organismos independientes de campesinos y sectores populares.
Cinco años antes, un 20 de noviembre de 1914, nacía en Santiago Papasquiaro, Durango, José Maximiliano Revueltas Sánchez, uno de los escritores mexicanos más controvertidos del siglo XX.
Hijo de Don José Revueltas y Romana Sánchez, vivió muy poco en Durango ya que sus padres y sus once hermanos se trasladaron a la Ciudad de México, justo cuando José estaba por cumplir los cinco años.
Ya instalados en la capital, fue inscrito junto a sus hermanos en el Colegio Alemán, donde recibió una educación diferente a la habitual que era impartida en las escuelas públicas.
La prosperidad de la familia Revueltas Sánchez era abundante en esos momentos, sin embargo, tres años después, el destino cambió para ellos. Un fallo renal provocaba la muerte de Don José.
Sin el sustento económico que generaba el padre, José y sus hermanos fueron inscritos en colegios públicos, donde los contrastes fueron infinitos. La personalidad de Revueltas comenzó a tornarse rebelde, contestataria e incluso agresiva.
Sin la guía moral que significaba su padre, José encontró refugio en la Biblioteca Nacional de México, donde pudo leer las obras completas de Dostoievski, de Carlos Marx y Federico Engels. Bajo esas influencias su acercamiento al marxismo-comunismo fortaleció su ideología, misma que aplicó hasta el fin de sus días.
A los 15 años se inscribió al Partido Comunista de México donde pudo dar rienda suelta al joven inquieto que luchaba por conseguir la igualdad en la sociedad a la que pertenecía. Era el canal exacto para el joven rebelde.
Durante su estancia en la organización, fue detenido después de que izará una bandera roja en un evento que realizaban en la plaza principal del zócalo. Un encierro por seis meses en la correccional de menores fue el castigo para José Maximiliano.
Perseguido por el presidente Pascual Ortiz Rubio, el partido operaba en la clandestinidad absoluta, mientras que Revueltas era uno de los activistas más frontales que tenía el movimiento.
En 1932, de nueva cuenta fue detenido por repartir panfletos en contra del gobierno y enviado a la prisión de alta seguridad en las islas Marías, donde purgó una condena de dos años.
Convencido de que el comunismo era la mejor solución para hacer de México un país más justo siguió luchando por los derechos de los campesinos y obreros. Apoyó la presidencia de Lázaro Cárdenas por su proclividad a los movimientos nacionalistas en auge.
En 1934 el partido comunista lo envío a Moscú como parte de un convenio, pero su estancia fue corta, debido a que tuvo que regresar a México, por la muerte de su hermano Fermín.
Sin la posibilidad de volver a Moscú, comenzó a dar clases en una secundaria para trabajadores donde conoció a su primera esposa, Olivia Peralta, con quien tuvo cuatro hijos.
En 1938 publicó su primer cuento titulado el Foreing Club, además de colaborar en el periódico El Popular. A partir de ahí inició su larga y prodigiosa trayectoria como escritor, ensayista, cuentista y guionista que le coloca en la selecta y privilegiada lista de la literatura mundial.
Pese al esplendor de su trabajo, la lucha a favor de las causas sociales siguió latente a cada instante. En 1967 recibió el premio Xavier Villaurrutia como reconocimiento a su obra literaria.
En 1968, México se estremecía de dolor por las desigualdades existentes. Los jóvenes buscaban acabar con ese dominio absurdo y agresivo del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Las calles se agitaban. El tufo autoritario era repudiado por una sociedad cansada y decidida a cambiar.
Sin traicionar a sus convicciones, José Revueltas se sumó al movimiento estudiantil, incorporándose a las asambleas, marchas y conferencias. Su aporte, sin duda, sirvió para consolidar la lucha.
Sin embargo, el 2 de octubre de 1968, la masacre terminó con los sueños de esa generación y la vida de cientos de hombres y mujeres que luchaban por una vida mejor.
Revueltas fue perseguido por el gobierno de Diaz Ordaz con rabia y saña. El 16 de noviembre de 1968 es detenido y enviado a la prisión de Lecumberrí acusado de ser el principal instigador del movimiento estudiantil.
Con la llegada de Luis Echeverría Álvarez a la presidencia, Revueltas solo cumplió una condena de dos años y salió de prisión bajo palabra. Después de esa amarga experiencia, siguió escribiendo, aunque su salud se fue eclipsando.
El 14 de abril de 1976, con 61 años de edad, José Maximiliano Revueltas Sánchez falleció a causa de una insuficiencia en el corazón. Sus restos fueron inhumados en el panteón francés.
Meses después de su muerte, recibió un homenaje en la Universidad Nacional Autónoma de México.
El escritor Juan de la Cabada pidió a los asistentes que no guardaran un minuto de silencio a la memoria de su colega, sino que brindaran un minuto de aplausos al hombre que siempre encontró un motivo para reclamar las injusticias sociales.
Entonces los asistentes, inundaron el sitio de palmas y ovaciones. Y no era para menos, el reconocimiento, admiración y cariño a José Revueltas, era tan simbólico que ese minuto se hizo eterno.
Era el minuto de aplausos más merecido e infinito para un hombre que nunca dejó de luchar por la igualdad. Desde su juventud hasta los últimos instantes de su vida.
Sí, era el minuto de aplausos para el incansable escritor rebelde…