Probablemente ya has escuchado hablar sobre el concepto “crédito”, o quizás ya habrás leído algún artículo que lo explique. Sin embargo, aunque se ha escrito mucho sobre este tema, es importante que consideres algunos elementos relacionados con los créditos para no poner en riesgo tus finanzas.
Recuerda que un crédito es un préstamo de dinero que se otorga a una persona con el compromiso de que ésta devuelva el valor recibido, sumado a un porcentaje de intereses a pagar en un tiempo determinado, el cual se define entre el acreedor y el deudor.
Asimismo, es uno de los productos financieros más utilizados por las personas, ya que les ayuda a pagar bienes que no pueden pagar de contado, y puede ser desde un electrodoméstico hasta una casa o un automóvil.
Algunos elementos importantes relacionados con los créditos que debes conocer y que te ayudarán a compararlos:
* Costo Anual Total (CAT): Indicador que mide en términos porcentuales anuales qué tan caro es un crédito. Te permite comparar el costo financiero entre otros créditos. El CAT incorpora la totalidad de los costos y gastos inherentes del crédito como son las comisiones, las tasa de interés y la prima de seguros. También considera elementos como la periodicidad o frecuencia de pago y la garantía exigida.
* Tasa de interés: Es el monto que vas a pagar por pedir dinero prestado y se expresa como un porcentaje del capital por un periodo determinado, ésta puede ser de forma anual, mensual, semanal o diaria según los términos. La tasa de interés de los créditos hipotecarios, automotriz o de una tarjeta de crédito están directamente relacionadas con las tasas de interés que fija el Banco de México (Banxico); y mientras más alta sea ésta, más elevado será el crédito que solicites.
* Comisiones: Son los cobros que están destinados a cubrir los costos directos y los gastos generados por el crédito: la apertura, gastos de cobranza, disposición de efectivo, entre otros.
En el mercado existen diferentes tipos de créditos ofrecidos por algunas instituciones financieras y organismos del gobierno. Entre los más comunes están:
* Crédito hipotecario: El cual tiene como objetivo la adquisición de una propiedad, terreno o vivienda, utilizando como garantía la hipoteca sobre el bien adquirido, por lo que este no puede ser vendido hasta que se salde la deuda. Estos créditos son compromisos financieros a largo plazo, usualmente entre 10, 20 o hasta 30 años.
Para poder solicitar un crédito hipotecario debes considerar que tendrás que contar con un capital inicial de al menos el 20% del valor del inmueble para el enganche, gastos administrativos y de escrituración.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), es importante que antes de solicitarlo analices tus finanzas.
Asimismo, sugiere comparar las diferentes opciones que existen en el mercado, y para ello, puedes apoyarte de herramientas financieras como el Simulador de Crédito Hipotecario de la Condusef entrando al siguiente link: https://phpapps.condusef.gob.mx/condusefhipotecario/
* Crédito automotriz: Este tipo de crédito es ofrecido por bancos y agencias automotrices quienes toman como garantía el automóvil, por lo que podrás hacer uso de éste, pero la factura se la quedará la institución o empresa que te haya otorgado el crédito y te la entregará una vez que termines de pagarlo.
* Tarjetas de crédito: Son una de las principales fuentes de financiamiento de las personas, y se pueden categorizar de acuerdo con su emisor: tarjetas bancarias (emitidas por una entidad financiera) y tarjetas departamentales (ofrecidas por grandes tiendas departamentales o por almacenes).
Este tipo de plástico se caracteriza por tener una línea de crédito, es decir, una cantidad determinada que te presta la institución o tienda que te permite disponer de dinero que no tienes al momento. Algunas instituciones bancarias llegan a ofrecer una tasa de interés del 0%, siempre y cuando pagues a tiempo y no recurras al famoso pago mínimo.
* Crédito de nómina y personal: El crédito de nómina es un producto financiero que pueden utilizar las personas trabajadoras cuyo sueldo es depositado en una cuenta en alguna institución financiera. Éste sólo se puede contratar en la institución donde se paga el salario y el pago se domicilia a dicha cuenta mediante el descuento automático de tu quincena.
Una ventaja de este crédito es que no necesitas aval, ya que tu sueldo sirve como garantía, pero debes contemplar que reducirá tu salario. En este préstamo no necesitas especificar su uso, puede ser para consumo o hasta para pagar otra deuda.