Redacción

A la Madre Naturaleza a veces le resulta difícil competir con el mundo interior. Al fin y al cabo, no puede ofrecer televisores de pantalla plana, aire acondicionado o WiFi. Pero puede ofrecer algo aún más importante: mejorar la salud, a través de un sistema inmunitario más fuerte, un mejor sueño y una reducción del estrés.

Pasar tiempo al aire libre puede mejorar la salud física y mental de muchas maneras. Y no es necesario pasar muchas horas al aire libre para que esos beneficios surtan efecto. Según un estudio de 2019 que incluyó datos de 19.806 participantes, pasar al menos 120 minutos en la naturaleza a la semana puede mejorar significativamente la salud y el bienestar. Incluso si no hay vegetación a tu alrededor, pasar tiempo bajo la luz del sol y el aire fresco puede ayudarte a sentirte mejor de mente y cuerpo.

7 beneficios para la salud de pasar tiempo al aire libre

  1. Respirar mejor

La contaminación del aire puede desencadenar alergias, asma y otras enfermedades respiratorias, algo que quizá ya sepas. Sin embargo, quizá te sorprenda saber que las concentraciones de contaminantes del aire en interiores suelen ser de dos a cinco veces superiores a las del exterior.

Pero pasar más tiempo en espacios verdes naturales podría ayudar a reducir el riesgo de problemas respiratorios. Un estudio de 2016 que examinó la relación entre el verdor local y el riesgo de mortalidad siguió a 108.630 mujeres durante 8 años. En comparación con las personas con menos vegetación en sus barrios, las personas con más vegetación tenían un 34% menos de probabilidades de morir por enfermedades respiratorias.

  1. Mejora del sueño

Normalmente, el reloj interno del cuerpo sigue al sol, lo que le hace sentirse despierto durante el día y somnoliento por la noche. Aunque la iluminación artificial puede imitar la luz natural, la luz solar directa tiene 200 veces la intensidad de las luces de una oficina en una habitación cerrada. Por ello, la luz solar afecta más al ritmo circadiano que la luz eléctrica.

¿Lo mejor de la luz solar? No cuesta nada. Para obtener una dosis diaria, sólo tenés que salir al exterior. Sólo hay que tener en cuenta que la luz del sol tiene que entrar en tus ojos para afectar a tu ritmo circadiano. Si esperás mejorar tu sueño, hacer un picnic en la playa puede ayudarte más que dormir la siesta en una zona boscosa a la sombra.

Por lo general, el aire más fresco se encuentra en lugares con gran circulación de aire. Por ejemplo, acampar en un campo abierto puede aliviarte más de la contaminación que descansar junto a un río amurallado por rascacielos y fábricas.

  1. Reducción de los síntomas de la depresión

La luz del sol suele ayudar a aliviar los síntomas de la depresión, como el bajo estado de ánimo y la fatiga. Según la ciencia, la fototerapia puede ayudar a tratar tanto la depresión mayor como la estacional. Si un paciente padece una depresión estacional, puede notar una mejora al cabo de unos días. Si tiene una depresión mayor, puede tardar de 2 a 5 semanas en notar la mejoría.

Sin embargo, los expertos aún no están completamente seguros de cómo afecta la luz solar a la depresión. Algunas personas creen que la luz solar tiene un efecto protector, ya que puede ayudar al cuerpo a producir vitamina D. También es posible que la luz solar mejore el sueño, lo que a su vez reduce la gravedad de los síntomas de la depresión.

  1. Más motivación para hacer ejercicio

Hacer ejercicio en espacios verdes podría ayudarte a aumentar tu motivación para hacer ejercicio en el futuro, en parte porque el ejercicio al aire libre puede ofrecer un buen cambio de ritmo respecto a los gimnasios y hacer que la actividad física sea más interesante y agradable.

Además, facilita la socialización, ya que muchos gimnasios tienen normas tácitas sobre no charlar con la persona que está en la cinta de correr al lado de la tuya. Por último, el ejercicio al aire libre puede sentirse más liviano y menos extenuante, según una investigación de 2013 que sugiere que las personas que caminan al aire libre tienden a ejercitarse a una mayor intensidad y reportan menos esfuerzo

No es necesario hacer un triatlón en bicicleta o esquiar por una montaña para disfrutar del ejercicio en la naturaleza. Cualquier actividad que haga que tu cuerpo se mueva de una manera que sea factible para vos, como la jardinería, jugar con tu perro en el parque o lavar tu auto, puede ofrecer algunos beneficios para la salud.

  1. Restauración mental

El mundo moderno contiene un montón de estímulos intrusivos -pantallas parpadeantes, teléfonos que vibran, carreteras que retumban- que compiten por nuestra limitada atención. Esta sobreestimulación continua puede aumentar tus niveles de estrés sin que te des cuenta.

El mundo natural, por el contrario, puede ofrecer un refugio mental y emocional cuando necesitás desconectar y recargarte. En la naturaleza, las atracciones calmantes para los sentidos, desde el perfume de las flores hasta la música del canto de los pájaros, pueden mantener tu atención sin agotar tu energía mental.

Las investigaciones realizadas en 2020 sugieren que pasar tiempo en la naturaleza puede ayudarte a sentirte más relajado y concentrado, especialmente cuando te tomás el tiempo de observar tu entorno. Para obtener estos beneficios, podés considerar la posibilidad de realizar actividades contemplativas de ritmo lento, como el senderismo en el bosque o el kayak en un lago.

  1. Mejora de la función inmunitaria

La guía de expertos sugiere que es menos probable que contraigas el virus que causa el COVID-19 (SARS-CoV-2), por no hablar de otros virus, cuando estás al aire libre. Esto se debe a que la circulación del aire puede diluir la presencia de los virus en el aire. De hecho, según la investigación de 2021, las posibilidades de transmisión son 18,7 veces mayores en el interior que en el exterior.

Incluso ignorando la pandemia por el momento, pasar tiempo al aire libre puede ayudar a que tu sistema inmunitario funcione de forma óptima. Los microorganismos que se encuentran en la naturaleza y que no son peligrosos pueden practicar con su sistema inmunitario, por así decirlo, para ayudarle a prepararse para infecciones más graves.

Si una persona vive en un entorno completamente estéril, su sistema inmunitario puede perder la capacidad de reconocer lo que es y lo que no es peligroso. Entonces, puede activar una alerta roja ante cualquier microorganismo que encuentre, lo que puede provocar una inflamación crónica. Así que, aunque el jabón es un invento maravilloso, embarrarse de vez en cuando también puede ser bueno.

  1. Protección contra la miopía

Hay algunas pruebas que sugieren que los niños que pasan mucho tiempo al aire libre tienen una menor probabilidad de desarrollar miopía, o miopía. En un estudio realizado en 2020, incluyó a 10.743 niños de entre 9 y 11 años en Taipei. Los investigadores descubrieron que los niños que pasaban más tiempo al aire libre en el recreo tenían un 22% menos de probabilidades de desarrollar miopía que sus compañeros.

Aumentar la distancia de trabajo de los ojos al realizar trabajos de cerca y tomar un descanso después de 30 minutos de trabajo de cerca también ofrecía cierta protección. Los expertos han sugerido algunas razones posibles por las que pasar tiempo al aire libre podría ayudar a proteger contra la miopía:

  • La luz natural ofrece una colección más brillante y rica de longitudes de onda de luz para ver.
  • El aire libre permite que tu ojo practique a mirar objetos desde varias distancias.
  • La luz estimula la producción de dopamina en la retina, lo que impide que el globo ocular se estire y deforme la visión. Sin embargo, esta teoría sólo se ha probado en animales.

Este beneficio sólo parece afectar al ojo mientras crece, por lo que pasar tiempo al aire libre no puede revertir la miopía en la edad adulta. Sin embargo, las actividades regulares al aire libre durante la infancia, como jugar a la pelota, nadar o ir en trineo, podrían ahorrarle a un niño una visita al optometrista más adelante. Y, además, ofrecen grandes oportunidades para crear vínculos familiares.