La presión sobre los precios se mantendrá en el mediano plazo, pues analistas consultados por el Banco de México (BANXICO), elevaron sus estimaciones de inflación para este 2022 así como para 2023 y 2024.

En este sentido, los especialistas aumentaron de 7.80 a 8.15 por ciento su pronóstico de expansión del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), para final de este año, mientras que para el siguiente lo elevaron de 4.50 a 4.66 y para 2024 lo ajustaron de 3.87 a 3.90 por ciento.

Al respecto, Gabriela Siller, analista de Grupo Financiero Base, alertó que, (según los resultados de la encuesta levantada por el BANXICO entre analistas económicos, la expectativa de inflación a largo plazo sigue subiendo para el plazo de uno a cuatro años, mientras que la proyección de cinco a ocho años, que histórica mente estaba en 3.5 por ciento, se ha mantenido en 3.6 por ciento durante los últimos cuatro meses.

“La expectativa de inflación lleva 13 meses consecutivos subiendo y la subyacente acumula 20 meses en que sube o se mantiene, de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Banco de México a especialistas del sector privado”, destacó la especialista.

¿Y en materia de crecimiento económico?

Los analistas consultados por el banco central elevaron su expectativa para este año de 1.78 a 1.93 por ciento, mientras que para 2023 lo recortaron 1.51 a 1.31 por ciento. Para 2024 lo ajustaron a la baja de 1.91 a 1.88 por ciento.

En cuanto a los elementos que podrían obstaculizar el crecimiento económico, los especialistas consideran que, a nivel general, los principales factores se asocian con la gobernanza (45 por ciento) y la inflación (18 por ciento).

A nivel particular, los principales factores son: los problemas de inseguridad pública (18 por ciento de las respuestas); las presiones inflacionarias en el país (13 por ciento de las respuestas); otros problemas de falta de estado de derecho (10 por ciento de las respuestas); la incertidumbre política interna (9% de las respuestas); la debilidad en el mercado externo y la economía mundial (cinco por ciento de las respuestas); la incertidumbre sobre la situación económica interna (cinco por ciento% de las respuestas); el aumento  en precios de insumos y materias primas (cinco por ciento de las respuestas); y la política monetaria que se está instrumentando (cinco por ciento de las respuestas).