Tom Vilsack participó en la reunión de ministros de Agricultura de las Américas de cara COP 27
El secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, hizo un llamado a sus pares de las Américas a trabajar juntos sin demora para construir una agricultura resiliente, que contribuya a la mitigación del cambio climático y al mismo tiempo garantice un futuro con seguridad alimentaria para el planeta.
Vilsack participó en la reunión de ministros de Agricultura de las Américas convocada para debatir, junto a representantes de organismos internacionales de financiamiento, cuál será la posición en común del sector de cara a la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas de Cambio Climático (COP 27), que se realizará en noviembre en Egipto, en un contexto de crisis alimentaria, sanitaria y climática.
La reunión se realiza en la sede central del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en San José de Costa Rica. Los ministros del continente le encargaron al organismo especializado en agricultura de las Américas que coordine el proceso de búsqueda de consensos del sector agropecuario continental, para llamar la atención sobre los beneficios que una mayor acción climática generaría en términos de seguridad alimentaria y nutricional, sostenibilidad, conservación y gestión del agua.
“Los esfuerzos de cooperación son claves para avanzar en ciencia e innovación que nos permita compartir herramientas efectivas y amplificar el liderazgo de la agricultura en el debate global sobre cambio climático. Debemos formar alianzas y coaliciones para asegurar que trabajemos juntos para alcanzar los objetivos”, dijo Vilsack, quien participó en forma virtual.
Sugieren cambios en la producción e industrialización de alimentos
El secretario de Agricultura de Estados Unidos valoró la importancia de la reunión y afirmó: “Mientras las comunidades rurales continúan lidiando con los desafíos simultáneos del cambio climático, la inseguridad alimentaria, el conflicto global y la inflación, es crucial que dialoguemos en busca de soluciones. De cara a la COP 27, es más decisivo que nunca que los ministros de Agricultura de las Américas demos un mensaje fuerte, unido y unificador”.
“Debemos transmitir que todos los países miembros del IICA estamos comprometidos a combatir el cambio climático en el hemisferio occidental y en el mundo y debemos reconocer tanto la urgencia del desafío como los beneficios que podemos obtener si aceleramos nuestras respuestas. La urgencia debe convertirse en políticas transformadoras”, dijo Vilsack.
El secretario consideró que son necesarios cambios a gran escala en la producción y la industrialización de alimentos, que sólo serán posibles si los agricultores y otros actores entienden los beneficios de adoptar prácticas que atiendan la crisis ambiental y la necesidad de aumentar de manera sostenible la producción agrícola para alimentar a una población mundial creciente.
“Necesitamos más inversiones en investigación y desarrollo –añadió- para apuntalar la capacidad de los agricultores y los jóvenes para encontrar nuevas soluciones a los desafíos que enfrenta la agricultura hoy y de cara al futuro. Debemos estimular las inversiones con políticas públicas y alianzas con el sector privado”.
Atenderán la salud de los suelos
Vilsack advirtió que los costos de adaptación a los desastres naturales producidos por el cambio climático no pueden ser cargados solamente sobre los hombros de los productores.
“Los beneficios de las prácticas de mitigación en agricultura serán plenamente realizados sin incentivos y políticas públicas efectivas. El continente americano es hogar de muchos de los más valiosos y diversos recursos naturales. Tiene la capacidad para liderar con el ejemplo en el camino de la agricultura climáticamente inteligente”, dijo el jefe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
“También sabemos, como administradores orgullosos de nuestra tierra y agua, que los agricultores deben tener ingresos para vivir. Esto nos abre la oportunidad de focalizarnos en la salud de los suelos, los sistemas agropastoriles y las prácticas regenerativas, a través de los progresos de la ciencia. Así podremos construir una economía circular que invierta en las comunidades rurales, proveedoras de comida, combustibles y fibra para nuestros países y el mundo”, afirmó.
“Somos más fuertes juntos que separados, trabajando para un objetivo común. No hay nada que no podamos conseguir”, cerró Vilsack.