Buscan aumentar la oferta de cuatomate y chiltepín, vegetales en extinción

Para aprovechar al máximo el agua y los nutrientes a partir de una composta elaborada con desechos orgánicos y hojarasca, un grupo de investigadores del TecNM Campus Acatlán de Osorio desarrollaron una malla ecológica, la cual retiene la humedad y nutrientes destinado a conservar y elevar la producción de plantas y frutos endémicos de la región Mixteca.

La investigadora y docente del TecNM Campus Acatlán de Osorio, Rosalinda Escamilla Ramírez explicó que se trata de ofrecer una alternativa a los pequeños productores del campo poblano, que se ha visto afectado por las sequías y cambio climático.  

Detalló que los creadores de dicha red acudieron ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), para solicitar su registro de patente.  

La malla ecológica, hecha a base de lufa, comúnmente utilizada como esponja natural, representa también una opción para fomentar la separación de desechos y la reutilización de la basura orgánica, para obtener composta o biofertilizantes usando materias como cáscaras de frutas o cascarón de huevo. 

Al rescate de platillos típicos

En esta iniciativa también participan Luceli Rodríguez González y Jeremías Bravo Tapia, investigadores de esta casa de estudios, así como Lizbeth Rocío Estrada García, egresada de la carrera de Ingeniería Industrial. 

Escamilla Ramírez, profesora de Ingeniería Industrial, señaló que uno de los objetivos principales es ofrecer una opción para aumentar la producción de plantas y frutos exóticos de la región como es el caso del cuatomate y el chiltepín, vegetales que anteriormente crecían de manera silvestre, pero que en la actualidad están en riesgo de desaparecer en la región. 

En este sentido, los investigadores destacaron que es necesario su rescate y trabajar para su conservación, así como aumentar su producción ya que forman parte en la alimentación básica y en la elaboración de platillos tradicionales de la Mixteca.  

Cabe destacar que en el caso del cuatomate, es un fruto que crece sólo en los meses de junio a octubre y que, con el uso de la malla, se plantea incrementar su producción y disponer de esta especie durante todo el año.  

Esta investigación obtuvo un financiamiento, como parte de la convocatoria “Proyectos de Desarrollo Tecnológico e Innovación” del TecNM, debido a su contribución a la investigación y apoyo al sector rural.