Redacción

Algunas personas tienen como hábito hacer “sonar” las articulaciones, otras no pueden, y muchas se irritan por aquellos que lo hacen. Quienes hacen esto con las manos o el cuello aseguran que se sienten mejor, más relajadas o menos tensas después del “ruido”.

El alivio es temporal y normalmente lo repiten en algún momento después de 20 minutos, cuando los efectos desaparecen. Si bien hacer ruido con las articulaciones puede parecer incomprensible para los que no lo hacen, todos tenemos comportamientos similares.

Aunque no a todo el mundo le gusta oírlo, hay algo tan satisfactorio en ese familiar sonido de crujido acompañado de la sensación de liberación en los dedos. Al igual que con el consumo de muchos dulces y otras cosas agradables de la vida, la idea de que este hábito no es especialmente bueno para la salud no parece inconcebible. Sin embargo, ¿se basa en hechos científicos eso de que crujir los nudillos provoca artritis? Los especialistas opinan.

¿Qué es lo que produce el ruido?

“El sonido que se produce al crujir los nudillos proviene de las burbujas de nitrógeno del líquido sinovial que se encuentra dentro de las articulaciones del cuerpo”, sostuvo en diálogo con The Huffington Post el doctor Jason Liebowitz, especialista en reumatología de Rockaway, Nueva Jersey. “El líquido sinovial es una sustancia natural que ayuda a lubricar las articulaciones”.

Básicamente, el líquido sinovial permite un movimiento saludable y ayuda a proteger el cartílago del desgaste. Al crujir los nudillos, se crea una presión negativa que provoca la generación de burbujas en el líquido. Si bien los expertos creían anteriormente que el ruido del crujido era el “estallido” o colapso de las burbujas, investigaciones más recientes sugieren que el sonido puede provenir en realidad de su formación.

“Este fenómeno se produce sobre todo en las pequeñas articulaciones de las manos y en las articulaciones facetarias de la columna vertebral, responsables en parte de hacer sonar la espalda”, explicó el doctor Robert G. Hylland, profesor clínico adjunto de la Facultad de Medicina Osteopática de la Universidad Estatal de Michigan. “Las personas con articulaciones más flojas no pueden generar suficiente presión negativa para crear burbujas, lo que explica por qué algunas personas no pueden crujir sus articulaciones”.

Es posible que te hayas dado cuenta de que después de crujirte los nudillos, no es posible hacerlo inmediatamente una y otra vez. También hay una razón biológica para ello. “Estas cavidades, o burbujas de vapor, tardan unos 20 minutos en volver a llenarse”, aseveró el doctor Iziegbe Ehiorobo, reumatólogo del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio. “De ahí que pueda pasar ese tiempo antes de que un nudillo pueda volver a sonar”.

Entonces, ¿causa artritis?
“No hay pruebas de que el ‘crujir de nudillos’ esté asociado al desarrollo de la artritis, por lo que no es de ninguna manera evidente que sea malo para la salud”, señaló Liebowitz.

Numerosos estudios realizados a lo largo de los años no han encontrado ninguna correlación entre el crujido de nudillos y la artritis, término que engloba una serie de enfermedades que implican la inflamación o el daño de las articulaciones. Ehiorobo señaló un famoso experimento realizado durante décadas por el doctor Donald Unger como una prueba más de que no existe ninguna relación entre el crujido de nudillos y la artritis.

“Donald Unger realizó un experimento consigo mismo para probar la hipótesis de que el crujido de nudillos aumenta el riesgo de artritis”, indicó. “Durante más de 50 años, se crujió los nudillos de la mano izquierda al menos dos veces al día y dejó los de la mano derecha como control. Luego comparó ambas manos al final del experimento y comprobó que no había artritis en ninguna de ellas. Además, no había diferencias entre las manos”.

Aunque la comunidad médica está convencida de que este hábito no aumenta el riesgo de artritis, hay menos certeza sobre el origen de este mito tan extendido. “No está claro cómo se inició esta idea errónea, pero sospecho que el hecho de que las manos sufran artrosis a medida que envejecemos y el hecho de que los nudillos se ‘suenen’ con frecuencia, junto con el ruido que se produce, fueron factores que contribuyeron a ello”, afirmó Hylland.

Y concluyó: “Dada la naturaleza molesta del sonido, sospecho que los padres se apresuraron a utilizar estas observaciones para detener el comportamiento y, finalmente, la repetición a través del tiempo solidificó su justificación”.

Y, ¿otros problemas de salud?
Entonces, “sonarse los dedos” no provoca artritis. Pero, ¿es malo en otros aspectos? “No hay pruebas de que pueda causar artritis, pero rara vez puede dañar los tendones que conectan los músculos con los huesos”, aseveró el doctor Scott Zashin, internista y reumatólogo de Dallas.

De hecho, la editorial Harvard Health Publishing señala que se han producido “informes ocasionales” de lesiones relacionadas con “un crujido de nudillos demasiado vigoroso”, pero subraya que se trata de excepciones extremas. Un estudio realizado en 1990 también descubrió que este comportamiento podría estar relacionado con la hinchazón de las manos y una menor fuerza de agarre.

Aun así, estos posibles efectos adversos parecen ser extremadamente raros. La verdadera preocupación puede estar relacionada simplemente con los aspectos psicológicos del hábito. “No hay ningún daño aparente causado por esta actividad, salvo la molestia que suele provocar en las personas cercanas”, afirmó Hylland.

En ese tono, agregó que “muchas personas sienten una sensación de alivio, aunque de corta duración, después de crujir sus articulaciones, lo que sugiere que la tensión articular puede crearles cierta sensación de incomodidad. Este ciclo de apretar, crujir, apretar, etc. puede promover el hábito que a algunos les resulta difícil de romper”.

Vale destacar que ningún experto médico pregona ningún beneficio para la salud del incesante crujido de nudillos. “Aunque puede ser reconfortante para algunas personas y utilizado por otras para afrontar situaciones de estrés, no hay pruebas que sugieran que sea bueno para las articulaciones”, sostuvo Ehiorobo.

A fin de cuentas, ¿qué causa la enfermedad?
Volviendo al mito de que el crujido de nudillos causa artritis, aún queda una pregunta: ¿qué causa la enfermedad? “En cuanto a los tipos de artritis que existen, la más común es la artrosis”, dijo Liebowitz. “Aunque es más compleja que una simple frase, la artrosis es, en términos generales, el estrechamiento del espacio articular que se produce por la pérdida de cartílago (como el cartílago articular que recubre la articulación) y que provoca dolores y molestias, sobre todo con el uso o los cambios de tiempo”.

El experto añadió que hay muchas formas de artritis, y que pueden estar causadas por enfermedades autoinmunes (como en el caso de la artritis reumatoide y la artritis psoriásica), por cristales que se depositan en una articulación (como en el caso de los cristales de ácido úrico de la gota), por infecciones (como la estafilocócica o la enfermedad de Lyme), por medicamentos y por otras cuestiones.

Algunas artritis son hereditarias y están relacionadas con mutaciones en los genes del colágeno. Sin embargo, los genes por sí solos no son la causa y aún existen incógnitas. “Hay muchas cosas que pueden causar artritis: la genética, el entorno, la actividad, muchas cosas pueden influir en el funcionamiento de nuestras articulaciones”, indicó la doctora Nilanjana Bose, reumatóloga de Lonestar Rheumatology en Houston. “Hay muchas variables que intervienen en quién desarrolla artritis sintomática y quién no”, añadió

“Cualquiera que tenga dolor artrítico merece una evaluación”, remarcó Bose. Y concluyó: “Hoy en día hay reumatólogos disponibles. Eso hace que la atención sea mucho más accesible. Hay herramientas que ayudan”.