Si los primeros cuatro años fue difícil, el cierre de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador será también complicado en materia económica, pues de acuerdo con estimaciones de especialistas del sector privado el Producto Interno Bruto (PIB), del país registraría un crecimiento de apenas 0.95 y 1.73 para 2023 y 2024, respectivamente.
Ante ello, tomando en consideración las caídas de -0.1 y -8.3 por ciento de 2019 y 2020 (primer y segundo año de gobierno de la actual administración), así como el repunte de 4.8 por ciento de 2021, el avance de 2.79 que se alcanzaría en este 2022 y las dos estimaciones para 2023 y 2024, entonces la economía mexicana registraría en este gobierno un crecimiento acumulado de apenas 1.87 por ciento, lo que implica un crecimiento promedio anual de sólo 0.3 por ciento.
Durante las tres administraciones federales previas al gobierno de López Obrador, la economía mexicana registró un crecimiento promedio anual de dos por ciento, avance si bien muy mediocre para atender las necesidades que enfrenta el país (salud, empleo, educación seguridad, etc.), es sustancialmente mayor al casi nulo desarrollo que se registra en ese sexenio.
Por si no fuera suficiente, cabe mencionar que adicional al magro crecimiento que registra la economía mexicana, se encuentra “lo que dejó de crecer”, es decir, la demanda de bienes y servicios que reporta la sociedad en un determinado periodo, como el caso la necesidad de empleo, pues durante los seis años de la presente administración federal cada año se incorporaron al mercado laboral aproximadamente un millón de jóvenes, es decir, personas que requieren de un trabajo para generar ingresos, lo que presiona, aun más, el mercado laboral.
¿Y las expectativas de inflación?
De acuerdo con los resultados de la encuesta que levantó el Banco de México entre especialistas del sector privado, la inflación ya habría alcanzado su pico máximo, pues los pronósticos para el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), se ajustaron levente a la baja, pero eso no significa que las presiones se disiparán en el corto y mediano plazo.
Así, para el cierre de este año, las estimaciones se recortaron de 8.54 a 8.36 por ciento, mientras que para el 2023 se ajustaron de 5.09 a 5.07 y para 2024 de 3.90 a 3.80 por ciento, lo que significa que al menos otros dos años más el INPC se mantendrá fuera del rango objetivo planteado de entre dos y cuatro por ciento planteado por el banco central.
“En la encuesta de Banco de México, a especialistas del sector privado, la expectativa de inflación general disminuyó por primera vez en 15 meses”, apuntó al respecto Gabriela Siller, analista del Banco Base.