Importaciones del herbicida son menores a la cuota establecidas por la institución: Semarnat

Para 20223, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) recomienda que la cantidad máxima de glifosato que se autorice a los particulares sea 50% menor a lo aprobado este año.

En 2022, se aprobaron: 4 millones 131 mil 544.25 kilogramos de glifosato formulado y 314 mil 307.75 kilogramos de glifosato técnico, explicó María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora general de la institución.

En conferencia de prensa y en seguimiento al decreto presidencial de diciembre de 2020, donde presentaron los avances de las acciones para que en 2024 se prescinda del uso de glifosato en los campos agrícolas, la directiva agregó que lo anterior con base en la evidencia científica de los daños que causan a la salud el uso del herbicida y en adición a las recomendaciones de las Secretarías de Salud y del Medio Ambiente.

Funcionarios encargados de dar seguimiento al decreto presidencial de diciembre de 2020, señalaron que las compras externas de glifosato han disminuido a más de mitad de la cuota autorizada entre 2020 y 2021, aun así, — el maíz que usa el 35 por ciento de las importaciones–, creció de 27.5 millones de toneladas en 2020 a 28.9 millones, estimadas para este año.

“Es una falacia decir que el maíz transgénico y su paquete tecnológico, que incluye al glifosato, se diseñaron para aumentar el rendimiento de la producción agrícola, mucho menos para beneficiar a los productores o consumidores”, señaló la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces.

En línea con el decreto

Dijo que se trata de uno de los negocios más grandes del mundo que es la producción de alimentos, a la vez, controlar la venta de las semillas para la siembra, en favor de un monopolio, “esa es la razón de ser de ese paquete tecnológico”.

En tanto, María Luisa Albores González, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio a conocer a través de un video-mensaje, que las solicitudes que reciben la dependencia para importar glifosato se ubican por debajo de 50 por ciento de las cuotas establecidas por Conacyt.

Lo que significa que, “se cumplirá con lo que marca el decreto de no importar más glifosato para 2024, sin que ello represente una baja en la producción de maíz, como lo demuestran los números presentados”.

En tanto, Álvarez-Buylla Roces, refirió que hasta el momento existen 12 alternativas agroecológicas para dejar de usar glifosato en 2024, de las cuales cinco se desarrollan en México y el resto se ubican en el mercado europeo.

Sin impacto, eliminación de glifosato

Por su parte, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura, Víctor Suárez Carrera, descartó que la eliminación del glifosato propiciaría una catástrofe en la producción agroalimentaria, reducirá la superficie de siembra y se afectaría la actividad económica de las y los productores.

En opinión del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell-Ramírez, existe evidencia científica de que el glifosato causa cáncer, sobrepeso, daño hepático y renal; alteración del sistema endocrino y de la regulación metabólica.

Dijo que en la industria de alimentos chatarra aplica la misma infodemia que las tabacaleras, sustentada en declaraciones de pseudo académicos e institutos, para señalar falsamente que el herbicida no causa daños a la salud.

Los grandes intereses económicos, explicó, evocan a la Organización Mundial de Salud (OMS) para sostener que el glifosato no es cancerígeno; sin embargo, este organismo internacional acumula un rezago de 12 años en cuanto a información científica sobre pesticidas; “es decir, que cuenta con una lista obsoleta sobre herbicidas”.

Tortillas con secuencias transgénicas

López Gatell-Ramírez recordó que este herbicida se inventó a principios de los años 60 para destruir el medio ambiente y la naturaleza de Vietnam; después se comprobó que podía utilizarse para limpiar las cañerías. Años más tarde, empresas como Monsanto lo patentaron para la producción de alimentos a gran escala, a pesar de que causan graves daños a la salud y el medio ambiente; además, permanece activo hasta 40 días y se encuentra en mantos acuíferos, lluvias, tejido animal y vegetal.

Por su parte, el secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), Alejandro Espinosa Calderón, destacó que existen evidencias científicas sobre la presencia de transgenes y glifosato en diversos alimentos hechos a base de ingredientes industrializados que se obtienen del maíz.

En particular, el 90.4% de las tortillas analizadas, provenientes de tortillerías de la Ciudad de México, presentaron secuencias transgénicas y el 30% de estas muestras tuvieron residuos de glifosato.

Por ello, sostuvo que las tortillas elaboradas con maíz nativo tienen beneficios como: un mayor contenido de proteínas, fibras y ácidos grasos de cadena intermedia, además de antioxidantes como las antocianinas, en especial las variedades de color azul, rojo y morado; lo cual muestra que los maíces nativos contienen ventajas para la dieta del pueblo mexicano, a diferencia de los maíces transgénicos.

Además, invitó al público en general a consultar el “Expediente científico sobre glifosato y los cultivos genéticamente modificados”, así como, los 13 compilados con información científica relacionados con los riesgos asociados al consumo y cultivo de los organismos genéticamente modificados, así como al uso y exposición a los herbicidas utilizados como parte del paquete tecnológico de estos cultivos.