En 2023, la economía mexicana podría alcanzar un crecimiento de apenas 1.2 por ciento, pero estará sensiblemente condicionada por la sobre-estimación del crecimiento económico para la definición del presupuesto económico para el siguiente año fiscal así como consultas comerciales con Estados Unidos y Canadá por el tema energético, consideró el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
En este sentido, Alejandro Figueroa Bringas, presidente del IMEF, dijo que el escenario económico continuará complejo durante el próximo año, en donde las autoridades mexicanas lejos de procurar un ambiente que aliente, lo cierto es que desde adentro de México se alienta un entorno que obstaculiza el desarrollo de la economía y el país en su conjunto.
“En el entorno doméstico, una preocupación constante es la relacionada con decisiones políticas que enturbien el ambiente de negocios, como fue la aprobación en el Congreso de diversas medidas que modifican la regulación electoral, el llamado Plan B o recientemente el cabotaje aéreo en el país; lo que complica considerablemente la operación a empresas mexicanas, perdiendo la oportunidad de obtener beneficios para los consumidores nacionales si se negociara de forma simétrica con otros países”, afirmó.
Así en conferencia de prensa, informó que miembros del IMEF ajustaron de 1.1 a 1.2 por ciento su estimación de crecimiento económico para el próximo año, luego de que en 2022 se reportarían un avance de tres por ciento.
“El panorama económico hacia adelante luce altamente incierto en el contexto internacional y nacional, como lo atestigua la elevada volatilidad observada en los mercados financieros internacionales, las tensiones geopolíticas y los niveles inflacionarios que no ceden; mientras que en el país existen situaciones como el ambiente de inseguridad, la falta de inversión y del respeto al estado de derecho, entre otros”, comentó el dirigente del IMEF.
De tal manera, sintetizó que el escenario económico del 2023 está sujeto a varios factores de riesgo, entre los que destacan:
- i) Una mayor persistencia de la inflación que obligue a los bancos centrales a continuar presionando con una postura monetaria más restrictiva;
- ii) Un agravamiento del conflicto bélico en Ucrania que intensifique repercusiones económicas en el suministro de materias primas y presiones de precios;
- iii) La promoción, por parte de Estados Unidos, del panel de controversia en el marco del TMEC para resolver el reclamo sobre la política energética del país;
- iv) La volatilidad exacerbada en los mercados financieros internacionales;
- v) Un deterioro en las finanzas públicas como consecuencia de la sobre-estimación del crecimiento económico y de los ingresos públicos presupuestados.