De las 14 especies de pargo de importancia comercial presentes en banco de Campeche, cinco están en la lista roja como amenazadas

La sobreexplotación del pez mero de parte de los pescadores del banco de Campeche, una extensión submarina ubicada al norte de la península de Yucatán, ha provocado que busquen otras variedades como el pargo; para evitar la desaparición de las poblaciones de ambas especies desarrollan reglamentaciones especificas en la región.

Y es que, de las 14 especies de pargo de importancia comercial presentes en banco de Campeche, cinco están en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN): Lutjanus campechanus, Lutjanus cyanopterus, Rhomboplites aurorubens (vulnerables), Lutjanus analis y Lutjanus synagris (casi amenazadas).

Thierry Brulé, investigador del Departamento de Recursos del Mar del Cinvestav Unidad Mérida, encabezó un estudio en el que se determinó la época reproductiva y la madurez sexual de la población del pargo biajaiba (Lutjanus synagris) que habita en el banco de Campeche.

Para esta especie de pargo de la familia Lutjanidae, detalló el Civestav, los trabajos acerca de su reproducción se han centrado en poblaciones asociadas con islas, pues no hay suficiente información respecto a las poblaciones presentes en las plataformas continentales y en particular en la región del Golfo de México.

El artículo, publicado en la revista Marine and Coastal Fisheries: Dynamics, Management, and Ecosystem Science, aporta nuevos datos acerca de la estrategia reproductiva de L. synagris, que pueden ser de utilidad para establecer planes de manejo pesquero en la costa norte de la península de Yucatán, en donde la especie es capturada por embarcaciones de pequeña escala.

Fijarían época de pesca

Respecto de los resultados, Thierry Brulé explicó que el pargo biajaiba se reproduce en aguas poco profundas de entre siete y 26 metros a lo largo de la costa de Yucatán, principalmente durante la primavera e inicio del verano; con un periodo de mayor actividad de desove en los meses de mayo y julio.

El texto indicó que también se encontró que 50 por ciento de los machos recolectados llegaron a la madurez reproductiva, cuando alcanzaron 13.9 centímetros de longitud furcal (del inicio del pez hasta la bifurcación de la aleta situada al final del cuerpo); mientras que para las hembras la medida fue de 17.8 centímetros.

La información recopilada del ciclo reproductivo y de la talla de madurez sexual del pargo biajaiba es útil para fijar una época durante la cual se debería prohibir la pesca de esta especie, así como establecer la talla mínima de captura a fin de proteger a los juveniles y se reproduzcan al menos una vez. De manera adicional, los datos reportados podrían servir en el desarrollo del cultivo de esta especie, dijo el investigador del Laboratorio de Ictiología.

Determinan madurez reproductiva

El estudio consistió en capturar individuos de L. synagris, una vez al mes durante un año, en tres zonas de pesca a lo largo de la costa norte de la península de Yucatán: Celestún, Dzilam de Bravo y Río Lagartos.

Para los mil 165 peces que conformaron la muestra se identificó el sexo y se analizaron las gónadas tanto de los machos como de las hembras, testículos y ovarios respectivamente. Lo cual requirió de hacer cortes finos de estos órganos y, tras darles un proceso de coloración, observarlos en el microscopio óptico.

A partir de los cortes de gónadas de cada hembra o macho, se les asignó una fase o subfase reproductiva (por ejemplo: inmaduros, en desarrollo, capaces de desovar, en desove activo, entre otros) y se determinó el tamaño mínimo al que los peces alcanzan la madurez reproductiva. Esto en conjunto con la fecha de muestreo permitió saber el periodo del año en el cual se reproduce la especie.

Además, los resultados de la temporada reproductiva fueron comparados con los reportados para poblaciones de áreas insulares y continentales, ya que los patrones de reproducción pueden variar de una región a otra, aunque se trate de la misma especie.

De acuerdo con Thierry Brulé las diferentes poblaciones de peces de una misma especie responden de manera diferente a las presiones ocasionadas por las actividades humanas. Esto hace necesario analizar los aspectos de la biología de cada población, como los relacionados con su ciclo reproductivo y su madurez sexual, para establecer esquemas de manejo regionales que eviten la sobreexplotación pesquera.