Con el pie izquierdo comenzó la industria de la construcción el 2023, pues en enero pasado el valor de la producción de las empresas del sector registró una caída de -4.8 por ciento respecto al mes previo, de acuerdo con datos ajustados por estacionalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Con ello, el indicador del valor de la producción de las empresas constructoras ascendió a 25 mil 409 millones de pesos, muy lejos de los niveles de 37 mil millones de pesos que se alcanzaron en el otoño de 2012.
A inicios del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el indicador se colocó en 30 mil 593 millones de pesos (diciembre de 2018).
Para dimensionar el alcance de dicha realidad, cabe mencionar que la industria de la construcción tiene un impacto en más de 60 actividades productivas, por lo que cualquier situación tanto negativa como positiva impacta en la economía mexicana.
De acuerdo datos originales (sin estacionalizar), el valor de la producción registró un incremento de 4.2 por ciento a tasa anual, derivado del avance que mostraron dos de sus tres principales componentes: Mientras que la edificación creció 5.7 por ciento, la construcción de obras de ingeniería civil repuntó 4.4 por ciento. Los trabajos especializados para la construcción bajaron -4.6 por ciento a tasa anual.
Finalmente, en materia laboral, resultó que el personal ocupado en el sector bajó -1.3 por ciento de diciembre a enero, en donde la nómina de obreros disminuyó -1.6 y la de empleados avanzó 1.1 por ciento.