México podría tener dificultades para exportar orquídeas, cactus e incluso pieles de cocodrilo, entre otras especies, como parte de las sanciones de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés) por no haber protegido lo suficientes a la vaquita marina, el mamífero marino en peligro de extinción en el mundo.
El lunes, el CITES reconoció el esfuerzo del gobierno de México, pero indicó que al evaluar el plan de acción encontró que no se tomaron en consideración los criterios en la recomendación previa del organismo, por lo que recomendó suspender todo intercambio comercial con México.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México indicó en un comunicado que la CITES “no considera adecuado” el plan mexicano para proteger a esta marsopa, y señaló que la resolución completa “será dada a conocer oficialmente la siguiente semana”.
Al respecto, la CITES pidió a México definir de forma clara y urgente las medidas que tomará para proteger a la vaquita marina y las medidas que establecerá para prevenir eficazmente para que los pescadores ilegales y las embarcaciones no autorizadas entren a las áreas de refugio y de tolerancia cero y mantenerlas como zonas libres de redes de enmalle.
La Secretaría consideró que la resolución representa “un trato inequitativo hacia nuestro país al no tomar en cuenta el esfuerzo exhaustivo y las múltiples acciones que se han realizado”.
Solo quedan ocho especies
La vaquita marina suele enredarse en las llamadas redes agalleras de pesca, lo que provoca que se ahoguen. Podrían quedar solamente ocho especies en el Golfo de California (Mar de Cortés), según diversos estudios.
Recientemente México presentó un plan de protección revisado a la CITES- que regula el comercio y la defensa de especies protegidas y firmada por 184 países-, donde establece alternativas de pesca que no incluyen redes. No obstante, las medidas han sido irregulares y con frecuencia enfrentan oposición violenta por parte de los pescadores locales.
El gobierno también ha hundido bloques de concreto con ganchos para que arrastren consigo las redes ilegales en la última zona del Golfo de California en la que se han visto vaquitas.
El grupo activista Sea Shepherd, que se ha unido a la Armada mexicana en patrullajes para desalentar a los pescadores y ayudar a destruir las redes agalleras. Acción insuficiente frente a la pequeña cantidad de vaquitas que aún viven.
Además, algunos expertos consideran que el gobierno mexicano no ha erogado el dinero necesario para entrenar y compensar a los pescadores por utilizar técnicas alternas de pesca, tales como redes o sedales en los que no se queden atrapadas las vaquitas.