Desde hace más de una década las plantas arborescentes de la capital mexicana comenzaron a secarse por diversos motivos

Algunas de las principales vialidades de la Ciudad de México, como Paseo de la Reforma o el Anillo Periférico, se caracterizan por la presencia de grandes palmeras, las cuales rebasan los cuatro metros de altura. Sin embargo, en los últimos años se ha observado que dichas plantas arborescentes están muriendo.

Pese a que en los últimos meses comenzó a hablarse del tema —luego de que la palma ubicada en la anteriormente llamada Glorieta de la Palma se secara— la mortalidad de las palmeras se remonta a 2011, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema).

A mediados de 2021, la Sedema, en coordinación con la Secretaría de Obras y Servicios de la capital (Sobse) comenzaron a retirar cerca de 500 palmeras que estaban muriendo sobre la avenida de las Palmas, en la alcaldía Miguel Hidalgo.

En aquel entonces, las dependencias de gobierno informaron que un grupo de expertos liderado por el Colegio de Postgraduados se encontraba investigando la razón de las miles de muertes de dicha planta. Además, en octubre del mismo año el gobierno capitalino destinó 100 millones de pesos en la sustitución y manejo de palmeras.

Como resultado de las indagaciones, el grupo de expertos descartó la presencia del insecto conocido como “Falsa chicharrita”, el cual está asociado con el Amarillamiento Letal que sufrían las palmeras. No obstante, semanas después se concluyó de manera preliminar que los decesos estaban asociados a plagas y enfermedades.

El estudio arrojó que de las 15 mil palmeras que se encontraba en la Ciudad de México, el 30 por ciento tenía alguna enfermedad o plaga. Fue desde 2015 que el Colegio de Postgraduados encontró en los suelos un hongo del género Fusarium, señalado como el posible responsable del secamiento en palmeras, se informó.

Tras el descubrimiento en aquel entonces, años después la Secretaría de Medio Ambiente repitió las pruebas y encontró que habían cinco hongos más: Fusarium solani, Pestalotiopsis palmerum, Fusarium oxisporum, Rhizoctonia spp, Cylindrocarpon spp, Pythium spp y dos bacterias: Pseudomonas spp y Erwinia spp.

En consecuencia, el Gobierno de la ciudad puso en marcha el “Programa de Saneamiento de Árboles y Palmeras de la Ciudad de México”, inicialmente con una inversión de 60 millones de pesos en 2022 para tratar más de 12 mil palmeras a través de podas y derribos, en caso de aquellas que murieron. Además, se contemplaba la plantación de nuevos árboles y palmeras.

No obstante, hacia el 2023 dichas plantas continúa muriendo, pese a los intentos de la administración de Claudia Sheinbaum por frenar la mortandad. Ahora, las autoridades asociaron las muertes a la proliferación de al menos siete patógenos, en donde destacan diferentes hongos, bacterias, insectos y fitoplasmas.

Asimismo, las afectaciones se relacionaron al debilitamiento de las palmeras a causa del cambio climático, según reveló Roberto Quintero Campos, titular de la Unidad Departamental de Seguimiento de Plagas y Enfermedades de la Sedema para Milenio a mediados de marzo.

“Cuando uno está débil, pues le caen más enfermedades, eso le pasa a los árboles; si los árboles están débiles, desnutridos, les va a caer cualquier enfermedad”, explicó Quintero.

El funcionario destacó que las más afectadas se encuentran en vialidades como Doctor Vértiz, en la alcaldía Benito Juárez, y el Paseo de la Reforma, de la Miguel Hidalgo, ya que son las zonas donde mayor concentración de dicha planta, cuya historia se remonta a hace 100 millones de años, pues se originaron en el cretácico superior.

En tanto, desde la implementación del Programa de Saneamiento de Árboles y Palmeras se derribaron más de 800 palmeras muertas, mientras que al menos otras 800 ya murieron pero no han sido retiradas.