El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que la violencia en el estado de Guerrero se ha incrementado, aunque prefirió culpar a la herencia de grupos delictivos de administraciones anteriores y decir que no es nada comparado con el estado de Guanajuato, un gobierno local de extracción panista.
En su conferencia matutina de este viernes en el puerto de Acapulco, Guerrero, el mandatario federal dijo que antes las autoridades “estaban amafiadas con la delincuencia, no se debe de olvidar que durante el gobierno de Calderón se estableció en México un narco-Estado (…) entonces, estamos avanzando a pesar de esa herencia de grupos que fueron tolerando desde Calderón y el gobierno anterior, pero vamos avanzando”.
Insistió en que no es un asunto que se pueda resolver “como quisieran los conservadores, cuando estaba Guerrero con más de dos mil homicidios al año. No decían nada” y dijo que los avances que se han logrado ha sido gracias a los programas del Bienestar.
“Puede ser que haya repuntes en algunos casos, pero ya no hay asociación delictuosa. No se permite que se alimenten, que se nutran delincuencia y autoridad, ya está pintada la raya”, dijo.
López Obrador reconoció la labor del exgobernador pista Héctor Astudillo Flores debido a la disminución de crímenes en Guerrero, además de que “pudimos trabajar muy bien con él y con Evelyn con más razón, es nuestra amiga, nuestra hermana, le tenemos confianza”.