México perdió el bono demográfico que pudo representar la condición para superar los diferentes retos que enfrenta el país, pues mientras que el porcentaje de la población infantil y adolescente en el país ha ido a la baja, la correspondiente que los adultos han tomado mayor relevancia, condición que complicará el escenario social y económico del país, alertó la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).

Y lo anterior, porque entre 1970 y 2023, el porcentaje de la población de 0 a 14 años disminuyó de 46 a 23 por ciento, mientras que el segmento de personas de 30 a 64 años aumentó de 24 a 43 por ciento, en tanto que el porcentaje de adultos mayores creció a más del doble, al pasar de cuatro a 10 por ciento.

“Esto quiere decir que desperdiciamos juventud, que perdimos tiempo valioso al no poder consolidar, entre otras cosas, una educación de calidad acorde a la demanda de los tiempos. No hemos logrado ofrecer oportunidades laborales dignas a nuestros jóvenes talentos, robándoles, incluso, paradigmas culturales y estéticos que fortalezcan su autoestima en su desarrollo personal, generaciones confundidas tratando de dar rumbo a sus vidas en un ambiente de grises y oscuros, de poca luz”, afirmó el presidente de la ANPEC, Cuauhtémoc Ribera.

El empresario recordó que al cierre del siglo pasado, tuvimos una curva demográfica favorable al contar con una población joven., pues el estribillo rezaba que ese bono demográfico de juventud era una de nuestras principales fortalezas como nación para lograr un mayor desarrollo económico de cara a otros países que, si bien desarrollados, estaban envejeciendo y, por ende, no contaban con un futuro poblacional promisorio.  

“Han pasado más de cuatro décadas, y ahora la política pública más exitosa con la que cuenta el país es la pensión universal a adultos mayores de más de 65 años. Es decir, el Estado está coadyuvando a la manutención de la vejez en nuestra sociedad. Dirían los abogados: relevo de pruebas a confesión de parte. Con esto queda demostrado que estamos perdiendo, o perdimos, el bono demográfico que celebrábamos ayer como una oportunidad estratégica para un mejor futuro nacional”, comentó Cuauhtémoc Rivera.

El líder de los abarroteros refirió que en el país residen más de 17 millones de personas de la tercera edad. En ese punto, comentó que, si bien a los adultos mayores de 65 años y más se les está apoyando con una pensión universal y adicional de cuatro mil 800 bimestrales, beneficiando a más de 12 millones de esta población, el programa adolece de un factor fundamental, ya que no se ha entendido a cabalidad que “no sólo de pan vive el hombre” y lo que demandan los adultos mayores es atención, acompañamiento, quién los escuche e involucre en los avatares y disyuntivas que plantea la cotidianidad de la vida.

“Muchas de las tensiones que hoy el estado otorga van a parar a manos de familiares que abusan de su condición ascendente y, con pretexto de apoyarles para cobrar su pensión, terminan quedándosela, literalmente terminan por bolsear a sus padres y abuelos sin escrúpulo alguno. Algo parecido ocurre con lo “ninis” y sus becas. Si bien se les apoya con recursos, esto no se ha traducido en un desarrollo laboral en sus vidas ni en lograr vincular su preparación con sus aspiraciones. Los jóvenes siguen acorralados en un presente incierto que no les permite concretar sus sueños”, afirmó el líder de la ANPEC.