Redacción

Con el objetivo de alcanzar la ambiciosa cifra de 10.000 pasos diarios, muchas personas recurrieron a aplicaciones para contabilizar sus caminatas o incluso adquirieron relojes inteligentes para medir ese indicador de buena salud.

Sin embargo, ahora, un reciente estudio reveló que la cantidad de pasos que se deben dar por día para reducir el riesgo de muerte es mucho menor.

De hecho es menos de la mitad. Es que según publicaron investigadores en la revista European Journal of Preventive Cardiology, caminar al menos 3.967 pasos al día empieza a reducir el riesgo de morir por cualquier causa.

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Y también constataron que hacer 2.337 pasos al día reduce el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares como infartos o ataques cerebrovasculares.

Si bien no hay un límite superior de cantidad de pasos, los investigadores vieron que a más pasos, más beneficios.
El estudio, que fue llevado a cabo por investigadores de Polonia, Kosovo, Reino Unido, Irán, Estados Unidos y Suecia, consistió en un análisis sobre 226.889 personas de 17 estudios diferentes de todo el mundo.

“Existe evidencia sólida que demuestra que la vida sedentaria puede aumentar significativamente el riesgo de enfermedad cardiovascular y acortar la esperanza de vida -plantearon los autores del trabajo en la publicación de sus conclusiones-. Sin embargo, el número óptimo de pasos, tanto los puntos de corte sobre los cuales podemos ver beneficios para la salud como el límite superior (si lo hay), y su papel en la salud aún no estaban claros”.

Y si bien, a primera vista lo que se deduce es que el hallazgo echa por tierra los famosos 10.000 pasos, popularizados durante mucho tiempo como “la fórmula de la buena salud”, lo cierto es que los investigadores demostraron que cuanto más se camina, mayores son los beneficios. Esto significa que cuantos más pasos se dan, menos riesgo de sufrir muerte por enfermedades cardiovasculares.

Según vieron, el riesgo de morir por cualquier causa o por enfermedad cardiovascular disminuye significativamente con cada 500 a 1.000 pasos adicionales que se caminan.

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Un aumento de 1.000 pasos al día se asoció a una reducción del 15% del riesgo de morir por cualquier causa, y un aumento de 500 pasos al día se asoció a una reducción del 7% de morir por enfermedad cardiovascular.

Por cierto, descubrieron que incluso si las personas caminaban hasta 20.000 pasos al día, los beneficios para la salud seguían aumentando. Aún no han encontrado un límite superior.

“Nuestro estudio confirma que cuanto más se camina, mejor”, afirmó el investigador a cargo del estudio Maciej Banach, catedrático de Cardiología de la Universidad Médica de Lodz, Polonia y profesor adjunto del Centro Ciccarone para la Prevención de las Enfermedades Cardiovasculares de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Y tras agregar que “esto se aplica tanto a hombres como a mujeres, independientemente de la edad y de si se vive en una región templada, subtropical o subpolar del mundo, o en una región con una mezcla de climas”, el experto destacó: “Nuestro análisis indica que se necesitan tan sólo 4.000 pasos al día para reducir significativamente las muertes por cualquier causa, y aún menos para reducir las muertes por enfermedades cardiovasculares”.

Consultado por Infobae, el doctor Roberto Peidró, director del Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad Favaloro, en Buenos Aires, consideró: “Los resultados del trabajo publicado son una buena noticia. Nos dice que cuantos más pasos se den menor riesgo de muerte prematura. Clásicamente se decía que eran 10.000 pasos por día. Pero este trabajo sugiere que ya con 4.000 pasos por día se empiezan a obtener beneficios porque mejora la probabilidad de una vida más larga”.

El experto recordó que muchas personas dicen que no tienen tiempo. “Estos resultados resaltan que empezar de a poco es importante. Nos da la oportunidad de prevenir enfermedades que llevan a la muerte. Vencer el sedentarismo, con algo tan sencillo como la caminata, prolonga la vida”.

En ese sentido, cabe destacar que debido a su alta prevalencia, el sedentarismo se considera la enfermedad del siglo XXI. Los datos epidemiológicos muestran que los niveles insuficientes de actividad física afectan al 27,5% de las personas en todo el mundo, siendo este porcentaje mucho mayor entre las mujeres que entre los hombres (23,4 frente a 31,7%) y en las personas de países de altos ingresos en comparación con los de bajos ingresos (36,8 frente a 31,7%).

Según datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud, la actividad física insuficiente es la cuarta causa más frecuente de muerte en el mundo. Aproximadamente 1.500 millones de personas en todo el mundo son físicamente inactivas y 3,2 millones de muertes al año están relacionadas con la inactividad física.