De los 1.7 millones de personas que dejaron de laborar en el primer año de contingencia sanitaria, 84 por ciento eran féminas

La crisis sanitaria afectó de manera desproporcionada la participación de las mujeres en la fuerza laboral, a la vez surgieron cambios positivos de parte de las empresas en respuesta al COVID-19, en beneficio de todos, en particular, para capturar el bono de paridad de género más rápidamente que antes de la pandemia, al establecer diferentes condiciones de trabajo para mejorar la atracción, retención, promoción y motivación del talento, revela un estudio de la consultora Mckinse.

En el documento Luces y Sombra de la Pandemia, elaborado por dicha consultoría, detalla que de los 1.7 millones de personas que abandonaron el mercado laboral en México entre el primer trimestre de 2020 y el mismo periodo de 2021, 84 por ciento eran mujeres.

No obstante, la participación de los hombres en el mercado laboral se recuperó dos veces más rápido que la de las mujeres, mientas que el grupo más afectado fueron las mujeres con hijos.

Cita de ejemplo que, en el primer año de la pandemia, el 90 por ciento de las mujeres que abandonaron la fuerza laboral tuvieron hijos.

Genera estrés, home office

Refiere que, entre las repercusiones de la pandemia, y una de las más importantes, fue el aumento desproporcionado que experimentaron las mujeres en la carga de trabajo doméstica.

Según la encuesta realizada por Mckinse, el 40% de las mujeres con hijos que participaron en la encuesta se describen como totalmente a cargo de las tareas domésticas y del cuidado de los niños de su hogar; en contraste, solamente el 6 por ciento de los hombres con hijos aseguran participar en labores domésticas.

Este desequilibrio se intensificó, agrega la encuesta, cuando la crisis de COVID-19 aumentó la demanda de atención y disminuyó la oferta de servicios de apoyo doméstico y el cierre de escuelas y guarderías.

La investigación también refiere que dicha presión generó un impacto en la salud mental de los trabajadores, ante las demandas del trabajo remoto y las diferentes experiencias de las personas con y sin hijos.

Lo cierto, dice, es que todos los empleados encuestados reportan altos grados de estrés, las mujeres que permanecieron en la fuerza laboral, especialmente aquellas con hijos, reportan tasas significativamente más altas de preocupación, agotamiento y ansiedad que los hombres.

Pausa profesional ante pandemia

De hecho, las tasas de agotamiento más altas de los encuestados recayeron en mujeres en puestos de alta jerarquía, como las vicepresidentas sénior, que abarcó un 58 por ciento, seguido de las vicepresidentas con 54%, en tercer lugar se ubicaron los altos directivos con un desgaste de 50 por ciento.

Otro hallazgo detectado en el estudio fue que el aumento de la carga doméstica y el elevado estrés causado por la pandemia afectaron en mayor medida las perspectivas de carrera de las mujeres que las de los hombres.

Ante este escenario, casi el doble de mujeres que hombres indicaron que consideraron pausar sus carreras debido a la pandemia, e incluso más mujeres que hombres consideraron tomar una licencia temporal o ralentizar sus carreras.

El estudio revisa las respuestas de las corporaciones a COVID-19 para encontrar lecciones potenciales, como monitorear la salud mental de los empleados, y señala las brechas entre las afirmaciones de las empresas y las percepciones de los trabajadores.

Refiere que, si bien el 82 por ciento de las empresas informan que implementaron alguna iniciativa para monitorear la salud mental de sus empleados, solo el 48 por ciento de los empleados asevera que su organización adoptó al menos una medida al respecto, lo que da pie para que las empresas revisen y mejoren la efectividad de su comunicación, explica el documento.

Se aplican empresas

Aclara que las empresas que más iniciativas aplicaron para contrarrestar los efectos de la crisis del COVID-19 en la salud mental son también las más avanzadas en temas de género.

Agrega que además de dar lugar a preocupaciones sobre la paridad de género y la salud mental, los cambios impuestos por la pandemia de las empresas contribuyeron con algunas tendencias positivas en el mercado laboral como la rápida adopción del trabajo remoto que ha aumentado la conectividad y la comunicación entre los empleados,

Así como acercando a los gerentes a equipos con los que antes no interactuaban cara a cara. Las organizaciones aprendieron a ser flexibles y aplicar esquemas de evaluación objetiva basados en resultados. Además, surgieron estilos de liderazgo más holísticos y centrados en las personas.

El estudio se centra en tres cambios que se produjeron a causa de la pandemia y que pueden impulsar la paridad de género: una mayor conciencia general de la carga doméstica; un aumento de la participación de los hombres en las tareas domésticas y el cuidado de los niños; y una introducción acelerada de modalidades de trabajo flexibles por parte de los empleadores.

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