Después de cuatro años de investigación y desarrollo de fórmulas innovadoras de prácticas agroecológicas, agricultores de estado de Tamaulipas lograron cultivar 500 hectáreas de maíz blanco en el ciclo otoño/invierno 2021-2022, con mejor rendimiento y calidad del grano; la expectativa es que en el siguiente ciclo aumente a 5 mil hectáreas.

Así lo dio a conocer la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), al precisar que la producción de dicho ciclo agrícola fue de tres mil 500 toneladas, de las cuales mil 400 fueron adquiridas por Grupo Maseca (Gruma).

El proyecto involucró 10 hectáreas en el ciclo otoño/invierno 2018-2019. Para el ciclo otoño/invierno 2020-2021 se alcanzaron las 90 y en otoño/invierno 2021-2022 sumaron 500 hectáreas, refirió.

Previo a este esquema, agregó la dependencia federal, el maíz de Tamaulipas no podía ser adquirido por Maseca debido a que no cumplía con la calidad para su proceso.

Sustitución de importaciones

En el esquema denominado Tamaulipas 500, que implicó un Plan de Transición Agroecológica, participaron la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y empresas semilleras, junto con agricultores de los municipios Díaz Ordaz, Río Bravo y Abasolo, agregó.

En 2018, Gruma y CIMMYT firmaron el convenio de colaboración Programa de Apoyo Tecnológico e Investigación para la Producción Sustentable de Maíz, con el objetivo de potenciar la productividad de agricultores de pequeña escala de maíz blanco en Tamaulipas e impulsar la autosuficiencia alimentaria en el estado.

En ese año, Gruma se comprometió a aportar 290 mil dólares por año, y a cuatro años del convenio, acumula un monto de 1.5 millones de dólares en total, explicó.

Con los resultados exitosos de este esquema, añadió, Tamaulipas avanza en la autosuficiencia alimentaria y en la sustitución de importaciones.

A partir del ciclo otoño/invierno 2019-20, explicó Sader, el programa Producción para el Bienestar y su Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) sumaron esfuerzos al esquema y pusieron en marcha un plan que incorporó el método de Agricultura Campesina de Conocimientos Integrados y Manejo Integral de Cultivos Inducidos (ACCI-MICI) -caracterizado por prácticas sustentables y con el apoyo de científicos, técnicos y productores-, para afrontar el problema de sanidad, elevar rendimientos.

Manejos agrícolas deficientes

Comentó que, para la cosecha otoño/invierno 2022-2023 se prevé aumentar 10 veces la superficie sembrada a cinco mil hectáreas para obtener granos con calidad para consumo humano.

En Tamaulipas, explicó la Sader, el cultivo del maíz está expuesto a condiciones ambientales extremas, suelos degradados y con poca materia orgánica, manejos agrícolas deficientes y presencia de hongos, algunos de ellos en el suelo, que pueden representar un riesgo para la salud pública.

Para las organizaciones públicas y privadas que participan en el esquema es prioritario cuidar la sanidad e inocuidad del maíz, asegurando que el grano sea de calidad y apto para consumo humano.

Las tecnologías aplicadas para obtener las cosechas de maíz en las 500 hectáreas del programa con niveles óptimos fueron: paquete tecnológico INIFAP: fechas de siembra adecuadas, oportunidad de riego y manejo de plagas; manejo agroecológico de la EAT.

Así como óptimo balance microbiológico y sanidad del suelo, uso de bioinsumos, incluidos biofertilizantes, biocontrol de las siembras, uso de maíz híbridos adaptados a la región y, menor exposición a condiciones climáticas.