Las presiones inflacionarias se mantendrán, al menos, para finales de 2023, advirtió el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Alejandro Hernández, presidente de la organización, informó que, de acuerdo con el conceso de los analistas del IMEF, se acordó elevar de 6.8 a 7.7 por ciento el pronosticó de inflación para final de este 2022, mientras que para el siguiente año se elevó de 4.2 a 4.5 por ciento.

De tal manera, sería hasta 2024 cuando podría ceder las presiones inflacionarias y con ello el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), podría volver a colocarse dentro del rango objetivo del Banco de México (BANXICO), de entre dos y cuatro por ciento.

Ante ello, el presidente del IMEF considera que la Junta de Gobierno del banco central aplicará mayores ajustes en su política monetaria, por lo que es factible prever incrementos en la tasa de interés líder del BANXICO.

“El pronóstico de inflación para 2022 aumenta nuevamente de forma sustancial para alcanzar 7.7 por ciento, mientras que para 2023 sube a 4.5 por ciento; la inflación se presenta como el gran reto a vencer de la política monetaria, con el Banco de México subiendo las tasas de interés en un ciclo de alza, que podría ser más intenso de lo que hasta el momento se anticipa; la encuesta del IMEF prevé para el cierre de 2022 una tasa de 9.50 por ciento y 9.25 para 2023”, expuso.

En conferencia de prensa, el dirigente del IMEF agregó que en materia de crecimiento económico, las expectativas se mantiene en 1.8 por ciento para este año, aunque para 2023 se recortaron de 2.0  por ciento a 1.8.

“A pesar de la relativa estabilidad en las perspectivas de crecimiento del PIB, debe notarse que el escenario continúa siendo altamente incierto y prevalece un fuerte sesgo a la baja. De hecho, la posibilidad de una recesión en la actividad económica no sólo está presente, sino incluso aumenta su probabilidad de ocurrencia”, dijo.

Alejandro Hernández agregó que el principal factor de incertidumbre previsible es el de la interacción entre la inflación y la política monetaria.

“Conforme la inflación siga en ascenso, la presión para que los bancos centrales incrementen sus tasas de interés de referencia irá en aumento, con la posibilidad de generar no sólo inquietud, sino posibles disrupciones en los mercados financieros en la medida en que sus participantes no logren ajustarse a tiempo”, apuntó.