En el marco de la conmemoración por el Día Mundial de la Leche, el presidente de Femeleche, Vicente Gómez Cobo, reconoce desafío de producir con emisiones cero de carbono y convoca a la inversión público-privada para elevar la productividad y subir de 50 a 70 litros

En lo que resta de este sexenio se deberán fortalecer las bases para aprobar las normas oficiales mexicanas que garanticen la calidad de los lácteos y su contenido nutrimental e impedir la práctica de doble estándar que aplican transnacionales, al ajustarse a reglas y normas en sus países de origen, pero no aceptar las reglas locales, señaló la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

El subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera, hizo un llamado a las organizaciones de productores e industriales de la leche para que gobierno, científicos y académicos, intenten sacar, en lo que resta de la presente administración, la agenda de normas oficiales mexicanas, que abonen al tema de la calidad.

“Están pendientes la publicación del Procedimiento de Evaluación de Conformidad (PEC) del queso y de la NOM de yogur y los grupos de trabajo de revisión de las normas de mantequilla y crema”, dijo.

En conmemoración por el Día Mundial de la Leche, se realizó este 1 de junio, dijo que la cadena de la leche y sus derivados es la que más valor y empleos genera dentro del sector agroalimentario y la que más trascendencia tiene.

Relocalización de la producción a zonas con agua  

Afirmó que avanzar en la normatividad es de gran relevancia para validar la idea de la importancia nutricional de la leche y poner un freno a la adulteración de la leche y sus derivados, en un marco actual a escala nacional y global en que hay mucha presión para adulterar, falsificar alimentos y engañar al consumidor.

El subsecretario señaló que los retos de la cadena de producción láctea implican lograr emisiones cero de carbono; propiciar justicia en los involucrados, puesto que la concentración del sector propicia, en todo el mundo, el quiebre de pequeños ganaderos y unidades de producción.

Además de relocalizar la producción lechera hacia regiones donde haya agua suficiente, pues se observa la presencia de grandes explotaciones donde el agua, el suelo y la tierra son insuficientes para la carga animal que hay y se debe extraer líquido a gran profundidad, lo que afecta la sanidad de la leche; además debe reducirse la dependencia de granos en la alimentación animal, para lo se están explorando opciones como la yuca, otros tubérculos y árboles forrajeros.

El director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) de la Secretaría de Salud, Ruy López Ridaura, sostuvo que, si bien la leche es un alimento nutritivo, debe revisarse el impacto ambiental de la producción, en particular de la que se realiza a gran escala, y también analizar la conveniencia de estimular el consumo por parte de la población adulta, en función de qué tanta oferta se requeriría para ese propósito.

México en el lugar 15 como productor

El presidente de Femeleche, Vicente Gómez Cobo, destacó que la producción lechera enfrenta el gran desafío de emisiones cero de carbono, pero ello requiere fortalecer la inversión público-privada, con el objetivo de elevar la productividad del hato lechero.

Explicó que es común en México tener vacas que producen entre 45 y 50 litros diarios, aun cuando la frontera es de 90 litros, y el reto es aplicar el mejoramiento genético para alcanzar 70 litros.

Mientras más litros produzca una vaca es menor el metano generado por litro de leche. Para lograr esta meta se requiere inversión en instalaciones, en cuidado más detallado de los animales, una mejora en el manejo de las excretas y recuperación del metano, y en el transporte de leche y su envasado y “considerar que conviene más producir localmente, por ejemplo, en el estado de México para el mercado de la Ciudad de México, que traer la leche de Nueva Zelanda”, expresó.

Gómez Cobo señaló que en México el sector lechero, en la parte primaria, vale más de 70 mil millones de pesos.

Destacó que hay 250 mil unidades de producción de leche, la mayoría son de familias que cada una poseen menos de 50 vacas. “Viven en el campo, cuidan el medio ambiente y a sus hatos. No queremos que se deterioren. El 52 por ciento del territorio del país es de vocación pecuaria, hay que valorarlo”, agregó.

El presidente de la Canilec, Ricardo Villavicencio Contreras, señaló que el Día Mundial de la Leche fue instituido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2001 con la intención de resaltar el papel que juega este producto en la nutrición y en la salud de los seres humanos.

Señaló que México ocupa el lugar 15 a escala mundial en producción de leche de bovino, con poco más de 13 mil millones de litros en 2022. Desde 1990 esta producción nacional ha crecido a una tasa media anual de 2.4 por ciento. Representa el 17 por ciento del valor total de la producción pecuaria y es la tercera actividad que contribuye en el producto interno bruto pecuario, después de la carne de bovino y de ave.

Desafío, incluirla leche en la dieta  

El sector lechero genera 600 mil empleos directos y más de un millón indirectos. Jalisco, Durango, Coahuila y Chihuahua contribuyen con más de 50 por ciento de la leche que se produce en México, dijo.

Señaló, sin embargo, que la producción nacional no ha logrado avanzar suficientemente para cubrir la demanda nacional de alrededor de 19 mil millones de litros, aun cuando el consumo per cápita de leche es de 130 litros, debajo de los 180 que recomienda la FAO.

Indicó que para Canilec el principal desafío es posicionar a la leche como parte fundamental de la dieta del mexicano y aumentar su consumo per cápita y el de sus derivados por lo que consideró necesario impulsar una campaña de promoción genérica de la leche.

En el evento se realizó una exposición de productos lácteos y se mostraron actividades y avances de la Estrategia de Acompañamiento Técnico de Producción para el Bienestar, enfocadas a la capacitación y elaboración de bioinsumos para la alimentación animal y al manejo adecuado del hato, así como la promoción de sistemas agrosilvopastoriles.