Cientos de miles marcharon en defensa del INE y repudio de la reforma electoral de AMLO/Por Diana Domínguez

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El orador, José Woldenberg llamó a los grupos parlamentarios en el Congreso de la Unión a no conducir al país de nuevo al autoritarismo. Unas 50 ciudades en diferentes estados del país se manifestaron.

Con la unánime consigna #ElIneNoSeToca, miles y miles de mexicanos marcharon este domigno 13 de noviembre en por lo menos 50 ciudades del país.

De punta a punta el territorio mexicano fue el escenario en el que miles de ciudadanos salieron en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) y repudio a la reforma electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La organización Unidos para Mejorar informó que 50 ciudades del país se sumaron a la marcha nacional.
Según el reporte de los organizadores, los estados en donde se registró el movimiento ciudadano fueron Nuevo León, Puebla, Colima, Tamaulipas, Querétaro, Oaxaca, Quintana Roo, Baja California y Tabasco.

Ferando Belaunzarán, integrante del Partido Acción Nacional y uno de los convocantes, aseguró que más de un millón de personas marcharon en el país, de los cuales sólo en la capital mexicana fueron alrededor de unos 200 mil.

En la Ciudad de México, la marcha comenzó pasadas las 10:30 de la mañana en el Àngel de la Independencia y culminó en el Monumento a la Revolución, en donde el único orador fue el primer consejero del otroro Instituto Federal Electoral, José Woldenberg.

Ahí, recordó la razón por la que el INE fue creado y dijo que “estamos aquí reunidos con un sólo objetivo claro y transcendente: defender el sistema que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia, con pluralidad y la estabilidad política, la transmisión pacífica de los poderes públicos (…)”.

Refirió que entre 1977 y el año 2014 se llevaron a cabo ocho reformas. Fue necesario edificar condiciones equitativas de la competencia, puertas de entrada y salida para las distintas corrientes políticas y que cristalizaron en partidos.

Subrayó que la alternancia constitucional y pacífica del poder presidencial ocurrió, por primera vez en México, gracias al proceso democratizador. “En casi 200 años de vida independiente, nuestro país nunca lo había logrado”.

Esa democracia, dijo, se construyó con el trabajo de millones, de varias generaciones de mexicanos y mexicanas, cuyo edificio culminante fue el del Instituto Nacional Electoral. “Ese gran cambio histórico no puede ser explicado sin la existencia de nuestro sistema electoral”.

Pero, dijo, el problema mayúsculo, “el que nos obliga a salir a las calles, el que se encuentra en el centro de la atención pública, e que buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno”.

Eso, dijo, significa una agresión a las instituciones existentes y a la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático.

“México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad en todo el proceso electoral. Nuestro país no merece regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático”.

Añadió que México no merece una reforma constitucional en materia electoral impulsada por una sola voluntad por más relevante que sea. Hay importantes lecciones en el pasado: las reformas que fueron fruto de voluntades colectivas forjadas con los métodos probados y comprobados del diálogo y el acuerdo”.

Además, dijo que el padrón electoral no se puede ni debe trasladar a otra institución porque el INE ha cumplido con creces en la elaboración de un listado confiable, cuyas credenciales se han convertido de facto en cédulas de identidad ciudadana.

“La próximas citas electorales deben contar con las mismas garantías que las del pasado inmediato: padrón confiable, equidad en las condiciones de la competencia, imparcialidad de los funcionarios profesionales, conteo pulcro de los votos, resultados preliminares en la noche y por supuesto que ganadores y perdedores sean definidos por el voto de los ciudadanos y sólo por ellos”.

Entonces, Woldenberg, hizo un llamado a todos los grupos parlamentarios, “sin exclusiones ni excepciones” que conforman las Cámaras del Congreso Federal y de los 32 congresos en las entidades, a que defiendan lo edificado en materia democrática y no conduzcan a nuestro país a una etapa venturosamente superada: la del autoritarismo que se auxiliaba de autoridades electorales a modo .

“El día de hoy refrendamos nuestro profundo compromiso con la democracia y por ello defendemos un sistema electoral que nos cobija a todos y que permite la coexistencia de la diversidad y la substitución de los gobiernos por vías pacíficas y participativas. Ese es el México que queremos: un México para todos, un México cuya diversidad cuente con un formato para su convivencia y competencia”.

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