En una edición pasada, escribí sobre la evolución de los poderes, y, como son ahora un puñado de empresarios privilegiados, quienes se ostentan como dueños absolutos de la oposición “organizada” que conforman el PRI, el PAN y lo que queda del PRD. 

Hay coincidencias y “acuerdos de sangre” entre estos “empresarios”: No pagaban impuestos o estos eran condonados. Recibían por adjudicación directa de gobiernos peleles, contratos millonarios con utilidades estratosféricas. La “libre competencia” que pregonaban no existía pues se repartían los mercados con prácticas monopólicas. Estos mismos, también recibían concesiones de diversa índole entre las que destacaban el agua y los recursos de minería. Todo en México que representara una opción de negocio e inversión estaba cooptado por ellos, sólo para ellos.

Es así como llega la cuarta transformación y detiene los atropellos, ya no es posible ignorar el daño que se le causaba al país y por consecuencia a toda la población. El gobierno dejaría de ser cómplice en el saqueo y la desigualdad. Todos tendrían que respetar las leyes y ajustarse a la normatividad específica. Pero…

Desde el día 1º. de diciembre de 2018, nacería un “movimiento” en favor de los “barones del dinero”. El discurso estaría centrado en “los actos dictatoriales” del presidente López Obrador. Los medios de comunicación seguirían rentados en contra de cualquier cambio que implicara afectaciones a sus amos. Es así como encontramos pequeños eventos cuyos fracasos fueron evidentes: “marchas fifís” desangeladas, integradas por personas que no entendían el porqué de su asistencia. Un plantón en el zócalo que forzara la contratación de sus “residentes” sin importar su condición ideológica (vagabundos del centro histórico) toda vez que los “patriotas convencidos” se regresaron al día siguiente con el propio organizador. De la misma forma son “desempolvados” Enrique Krauze y Aguilar Camín, un par de vividores en el mundo oficial del intelecto mexicano. Vicente Fox, Felipe Calderón y Fernández de Cevallos, serían contratados como portavoces de la extrema derecha mexicana, que ciertamente representan. Sin embargo, los patrones, como siempre, ignoraron la percepción de la gente ante vidas y conductas tan deplorables de estos tres tristes personajes de la historia.

Haciendo un balance de fuerzas y debilidades, encontramos que todas las acciones de la reacción en contra del gobierno de la república han sido, por lo menos fallidas, y eso explica, entre otras cosas, el alto índice de respaldo con que cuenta el presidente. 

La escandalosa inversión ilegal en medios por parte de los “empresarios” nos recuerdan los años de 2006 y 2012 y el “peligro para México” que se actualizaría en 2018 con un “seremos como Venezuela”, “el dólar se irá a $ 30.00” y demás linduras, por supuesto, todas falsas. 

Claudio Xicotencatl González, hijo de un empresario desleal del mismo nombre, que fuera asesor de Salinas, es ahora, el líder visible de una oposición “política”, que a todas luces compró, pero que no ha logrado entender el papel de una resistencia responsable y propositiva, él sólo quiere regresar los privilegios a unos cuantos (1%) a costa de la inmensa mayoría (99%). Eso nunca volverá a suceder.

A mi me conmueve el grado de politización de los mexicanos, dejamos aquel pasado de indolencia sin esperanza, para asumir una posición rebelde y contestataria ante la injusticia.

Hace unos días “Claudito”, en un acto desesperado ante la realidad imperante, amenazaba al 70% de la población de este país: “…Hay que tomar nota de todos aquellos que, por acción o por omisión, alentaron las acciones y hechos de la actual admon. Y Lastimaron a México. Que no se olvide quien se puso del lado del autoritarismo populista y destructor”.

La redacción de este tweet es bastante mediocre, el contenido, sin respeto por inteligencia alguna.

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