La sostenibilidad es uno de los pilares de los productores, quienes están implementando prácticas más responsables para minimizar su huella ambiental a través de procesos más eficientes y menos contaminantes

A pesar del crecimiento sostenido que ha tenido la producción de sandía, el sector enfrenta varios desafíos logísticos para su exportación, como la competencia global, las fluctuaciones en las condiciones climáticas y las estrictas exigencias en los mercados internacionales, además, de que los productores mantengan altos estándares de calidad en cada etapa de la cadena de suministro.

Así lo dio a conocer Brambles, empresa de logística que ofrece sus servicios principalmente a los sectores de los bienes de consumo de rápida rotación como alimentos secos, comestibles, entre otros, al precisar que la cadena logística, desde la cosecha hasta la entrega final en mercados internacionales requiere de una coordinación meticulosa y el uso de infraestructura que permita garantizar la calidad e inocuidad del producto.

Una de las soluciones clave en este proceso ha sido la adopción de tecnologías y sistemas que optimicen el manejo y transporte de las sandías. Entre estos, el uso de tarimas especializadas de CHEP, que ofrece los servicios de pallets, cajas y contenedores, para mejorar la eficiencia en el traslado de la fruta, garantizando que llegue a su destino en las mejores condiciones.

Usan tecnologías que reducen emisiones del transporte

Este tipo de infraestructura – que permite un manejo adecuado y seguro durante el transporte-, también ha ayudado a reducir el impacto ambiental de las operaciones logísticas, un aspecto que es cada vez más valorado en los mercados internacionales.

La firma encargada de la logística, agregó, que la sostenibilidad es otro de los pilares fundamentales en el sector de la sandía en México.

“Los productores están implementando prácticas más responsables en cuanto al uso de recursos, buscando minimizar su huella ambiental a través de procesos más eficientes y menos contaminantes.

“Desde la optimización de la cadena de suministro hasta el uso de tecnologías que reducen las emisiones durante el transporte. El sector agrícola de la sandía ha comenzado a integrar principios de sostenibilidad en su modelo de negocio”, detalló.

La adopción de estas prácticas no solo responde a una demanda del mercado, sino también a la necesidad de mantener la competitividad y asegurar la viabilidad del sector a largo plazo, dijo.

De cara al futuro, la incorporación de soluciones tecnológicas más avanzadas y la implementación de estrategias sostenibles permitirán que México siga consolidándose como un jugador clave en la producción y exportación de sandías en el plano mundial.

Sandía mexicana con futuro prometedor

A pesar de los desafíos que enfrenta, la exportación de sandía, abundó, la capacidad de adaptación y la búsqueda constante de soluciones innovadoras y sostenibles posicionan a la sandía mexicana como un producto con un futuro prometedor.

Con una producción creciente, una demanda sólida en mercados internacionales y un compromiso con la calidad, el sector continúa siendo un motor importante de la economía agrícola de México, destacándose por su capacidad de adaptarse a las exigencias del mercado global.

Al cierre de noviembre de 2023, la producción de sandía superó las 1.1 millones de toneladas, lo que mantiene a México entre los 10 principales productores en el mundo, según cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

Entre los estados que lideran la producción de sandías destaca Sonora, que aportó 373 mil toneladas en 2023, le sigue Campeche, Chihuahua, Jalisco y Veracruz, quienes contribuyen a la exportación a destinos como Canadá, Emiratos Árabes, Estados Unidos y Japón.

Según Sader, la participación de la sandía en la producción nacional asciende al 4.7 por ciento, con un consumo anual per cápita de 3.5 kilogramos. El fruto aporta vitaminas A, B y C y destaca por su capacidad para hidratar y refrescar durante las épocas más calurosas,