Los precios de los productos agropecuarios se mantendrán bajo presión durante 2023, particularmente los granos y oleaginosas, debido a los aumentos en los costos de producción y menores rendimientos al prohibir el gobierno mexicano el uso de glifosato, sustancia química que se usa como herbicida.
Así lo dio a conocer el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), al presentar las Perspectivas Agroalimentarias 2023, donde detalló que para este año la producción agropecuaria se desacelerará como consecuencia del cambio climático, mayores tasas de interés e inflación.
Otros de los retos que enfrenta el sector es la falta de seguridad, el cobo de piso que se registra en varias regiones productoras del país, la falta de incentivos a la productividad, además de la aplicación del Estado de Derecho, como prohibir la importación de maíz genéticamente modificado, lo que genera incertidumbre en el mercado “y puede alegar Estados Unidos violaciones al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), agregó la consultoría.
Con base en la presentación de GCMA, la prohibición del uso de glifosato en los cultivos podría tener menor rendimiento en los cultivos, principalmente en los granos y oleaginosas, lejos de alcanzar la autosuficiencia alimentaria, particularmente en el maíz, como lo ha mencionado el gobierno federal.
“Desafortunadamente no estamos viendo los programas que incentiven la productividad en el campo, si se entregan apoyos, pero no han tenido efectos y no se que vayan a tener ni en el corto ni mediano plazo”, destacó el GCMA.
Incertidumbre en la compra de maíz
En la presentación del estudio, también destacaron la incertidumbre comercial que padece la cadena de los granos y oleaginosas, pues los participantes no tienen la forma de garantizar la compra-venta de los productos, lo que representa una situación estratégica para que puedan asegurar los paquetes tecnológicos o acceder a créditos, detalló.
Citó de ejemplo que productores de Sinaloa no saben cuánto es lo que van a recibir por su producto; lo mismo le sucede al comprador, quien tiene la opción del importar el maíz amarillo y quien hace algunos años compró maíz de Sud África, sin embargo, aclaró que con los decretos presidenciales sobre la importación de maíz amarillo para el sector pecuario no se sabe que va a pasar.
El director general del Grupo Consultor, Juan Carlos Anaya, señaló que hacen falta programas para incentivar la productividad en el campo, además de que los costos logísticos son muy elevados para trasladar el maíz blanco de las zonas productoras a la de las diversas regiones del país.
Entre los factores externos mencionó a la volatilidad de los precios internacionales como resultado del conflicto internacional entre Rusia y Ucrania y del cambio climático.
Respecto al tipo de cambio, dijo que va a la baja y el sector pecuario va a poder aprovechar los precios bajos para mantener los productos accesibles a los consumidores, aunque el país se vuelve menos competitivo en el plano internacional.