La variante Delta de Covid-19 ya puso a Tokio en un nivel de desastre al propagarse a niveles fuera de control, dijo un miembro de un panel de expertos asesores en materia de coronavirus del Gobierno Metropolitano de Tokio, quein añadió que ya es imposible controlar la propagación del virus en la capital japonesa.
“Los contagios se están produciendo a nivel de desastre. Es una emergencia”, señaló Norio Omagari en una reunión del panel celebrada este día con la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike. “Es imposible controlar la situación”, añadió.
Según información de la agencia Bloomberg los comentarios del experto se produjeron en un momento en que los gobiernos municipal y nacional evalúan si extender el estado de emergencia en Tokio, que experimenta la peor ola de casos registrados, uniéndose a la lista de países que luchan contra los repuntes atribuidos a la variante Delta.
La imposición de sucesivos estados de emergencia ha ido perdiendo eficacia, y muchos bares y restaurantes ignoran las instrucciones de cerrar temprano y dejar de servir alcohol.
Varios expertos han culpado al Gobierno de emitir mensajes contradictorios sobre la gravedad de la situación, incluso con la celebración de los Juegos Olímpicos, diciendo que esto puede haber incitado a la gente a bajar la guardia.
Koike pidió medidas que reduzcan en un 50 por ciento la frecuencia de las salidas de las personas, en comparación con el período inmediatamente anterior a la emergencia actual, haciéndose eco del consejo de un panel gubernamental del que informó la emisora pública NHK a primera hora del día.
Instó a las personas a evitar salir de vacaciones y mantenerse alejadas de sus ciudades de origen.
El primer ministro, Yoshihide Suga, cuyo apoyo público ha alcanzado nuevos mínimos esta semana en medio de las críticas por su gestión de la pandemia, ha rechazado la idea de implementar confinamientos al estilo europeo para contener el virus, antes de las elecciones generales que deben celebrarse en los próximos tres meses.
Ha dicho a los periodistas que confía en el despliegue de vacunas, y también ha establecido límites a los pacientes que pueden ser hospitalizados, en un intento por conservar los recursos.