Ante los retos globales y los desafíos que impone el cambio climático, México se enfoca en acrecentar y mejorar la producción y fortalecer sus políticas públicas para el manejo adecuado de los recursos suelo, agua y biodiversidad, resaltó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
En el marco del 38 período de sesiones de la Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) para América Latina y el Caribe, la coordinadora general de Asuntos Internacionales, Lourdes Cruz Trinidad, sostuvo que es crucial reconocer la vital importancia de los servicios ecosistémicos para los sistemas de producción.
En representación del secretario Víctor Villalobos Arámbula, expuso que el sector agropecuario enfrenta múltiples retos, como el crecimiento demográfico, el cambio climático, la degradación del medio ambiente y la presión sobre los recursos naturales –la tierra, el suelo, el agua, los bosques y la biodiversidad.
Al participar en las reuniones ministeriales del foro internacional, expuso que el comercio internacional es motor estratégico para la inclusión económica, el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria y nutricional en la región América Latina y el Caribe.
Barreras arancelarias y no arancelarias, entre los desafíos
Esta actividad contribuye a contar con mayor variedad de alimentos nutritivos, a precios competitivos, especialmente para países con recursos limitados; es clave para la generación de empleos en la agricultura, la pesca y la industria alimentaria, y amplía las oportunidades a la diversificación de las exportaciones, refirió en la mesa ministerial Reducción del hambre y la malnutrición hoy y mañana por medio del comercio.
Es necesario, dijo, abordar los actuales desafíos –las barreras arancelarias y no arancelarias, la falta de infraestructura, la volatilidad de precios y el cambio climático– para aprovechar al máximo el potencial del comercio internacional.
Es fundamental adaptar las estrategias a las características específicas de cada contexto y no perder de vista el objetivo de la seguridad alimentaria: proveer alimentos sanos, inocuos y asequibles para las personas, abundó.
Pesca en pequeña escala, genera fuentes de empleo
Expuso la relevancia de continuar con los trabajos de promoción, impulso e inclusión de la pesca artesanal y la acuacultura a pequeña escala porque contribuyen a la producción de alimento con alto valor nutritivo, generan fuentes de empleo e ingresos económicos para las comunidades ribereñas y de las zonas rurales costeras.
Por ello, el gobierno de México ha colocado en el centro de sus políticas a las poblaciones y zonas menos favorecidas, resaltó en la mesa redonda “Promoción de la pesca y la acuicultura con arreglo al enfoque de la transformación azul”.
En la jornada de este miércoles, realizada en Georgetown, Guyana, presentó la perspectiva de México sobre la programación de la FAO para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) Caribeños, una región con necesidades y desafíos específicos en materia de seguridad alimentaria y desarrollo rural.
Transformación de los sistemas agroalimentarios
La programación de la FAO abarca áreas clave para la transformación de los sistemas agroalimentarios de los PEID caribeños, como la producción sostenible, la seguridad alimentaria, la gestión de recursos naturales y la reducción de la pobreza.
Este organismo internacional se basa en su experiencia global y redes internacionales para ofrecer soluciones prácticas a los desafíos de la región, con miras a fortalecer la colaboración entre diferentes actores: gobiernos, organizaciones internacionales, sector privado y sociedad civil.
Por ello, en el documento LARC/24/INF/13 se deben detallar las estrategias y acciones a implementar en cada área de trabajo, definir indicadores específicos para medir el progreso y mencionar cómo se financiará la instrumentación de la programación.
El 38 período de sesiones de la Conferencia Regional de la FAO, que tiene lugar del 11 al 21 de marzo, reúne a representantes de 33 naciones miembro de la región para debatir sobre los retos y cuestiones prioritarias relacionadas con la alimentación y la agricultura, con la intención de promover la coherencia regional en las cuestiones políticas de carácter global.