- Con el tiempo, la palabra ha sido utilizada para denominar cualquier espacio, principalmente el de trabajo
Redacción
Ampliamente usada en la sociedad mexicana para referirse a cualquier tienda o puesto, ya sea callejero o bien establecido y dependiendo de la pronunciación o la acepción que tome cada persona, puede ser utilizada de forma despectiva o sin ningún atisbo de malicia y simplemente de función descriptiva.
Los changarros se han vuelto, así como la palabra, fundamentales en el día a día de los mexicanos pues estos sacan de apuros a la mayoría por su cercanía y sus precios accesibles en los barrios y colonias populares del país, ya que en el término también se engloban los puestos de comida, dulces, las tienditas de la esquina, etc.
Sobre todo con el reciente advenimiento de la pandemia por COVID-19 han resultado una forma de mantener la economía de muchas familias aunque durante los primeros años de la pandemia, estas se vieron sumamente afectadas. Sin embargo, a pesar de su amplio uso, el origen de la palabra, como el de cualquier otra, es un tanto esquivo y se remonta a distintos posibles lugares.
Es una palabra de origen popular utilizada para designar un establecimiento o negocio informal. Pero de acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE) tiene dos significados: el primero es cencerro y la otra, utilizada en México, es tendejón que hace referencia a barraca mal construida o tienda pequeña.
El Diccionario del Español de México coincide en la definición de la palabra y establece que es un “Establecimiento comercial sencillo e informal, especialmente el que se instala en la banqueta” y es de origen y uso popular. Sin embargo, sus posibles raíces se encuentran fuera del país. Hay que recordar que los españoles no solo trajeron animales, costumbres y religiones distintas, también su forma de hablar.
Se cree que viene del español antiguo y que la palabra es de origen onomatopéyico, es decir que imita al sonido que designa, del sonido de un traste viejo con el que hacia el cencerro. Esta es un campana alargada utilizada en algunos ganados para localizar a los animales cuando estos se alejan y mantenerlos cerca de los demás.
Cabe añadir que también se cree que la palabra tiene raíces vascas y en distintas partes de España es utilizada para referirse a algo viejo o inservible, a los coches viejos en otra región, algo estropeado, una persona que no puede valerse de sí misma y algo que no funciona, muy parecido a cacharro. Sin embargo, no se sabe con exactitud porqué en el contexto mexicano se utilizó para los puestos informales o pequeños.
Algo curioso es que también puede ser la combinación de las palabras Changa y el sufijo -rro. Changa de acuerdo con la RAE, es de uso coloquial y la define como “Trato, trueque o negocio de poca importancia”; mientras que el sufijo -rro, de acuerdo con la misma, es usada “con valor diminutivo y despectivo”. De este modo resulta una forma despectiva de referirse a un negocio de poca importancia.
Sin embargo, esta última no es la explicación oficial. Y aunque ese significado fuera el primordial, la gente se ha apropiado de la palabra para referirse a un negocio sin la necesidad de demeritarlo ni a las personas que lo administran.
La palabra ha pasado también a referirse a cualquier espacio en el que nos hayamos establecido: alguna banca en la escuela, una oficina, a veces la propia casa. Por eso puede usarse el típico “te encargo el changarro” para varios lugares. La palabra, sin embargo es más característica de la Ciudad de México, por lo que al igual que chido, chale, chafa y otras, es más conocida en la capital y del modo de hablar “chilango”.